Una de las propiedades de los gases es su capacidad para mezclarse fácilmente con otros gases, formando una mezcla homogénea. Esta propiedad que tienen los gases se debe a que sus partículas se mueven de forma muy rápida y continua, lo que se estudia en parte de la teoría cinética de los gases.
Para observar este hecho, basta con poner un gas coloreado en un globo y un gas incoloro en otro globo, y ponemos los dos gases en contacto. Tan pronto como los gases entran en contacto entre sí, se mezclan. El hecho de que los gases se mezclen espontáneamente entre sí es lo que llamamos difusión de gas.
Un caso particular de difusión gaseosa es la efusión de gases, que fue estudiada en 1829 por el científico Thomas Graham.
La efusión de gas no es más que la fuga de gases a través de orificios o paredes porosas.
Este caso particular de difusión gaseosa se ve en globos que se venden en parques y plazas. Estos globos se inflan con gas helio, al cabo de unas horas notamos que los globos se desinflan por sí solos, es decir, el gas se escapa fácilmente por los poros de la goma, provocando que el gas del globo se derrame con el aire.
El científico Thomas Graham declaró: «En condiciones idénticas, las velocidades de efusión de dos gases son inversamente proporcionales a las raíces cuadradas de sus densidades absolutas».