Dilemas morales – Filosofía –

Dilemas son momentos en los que hay dudas o malestar sobre nuestras decisiones. También se experimentan una serie de emociones y sensaciones que pueden resultar en angustia. Sin embargo, no es simplemente un sentimiento de culpa o conflicto. Si, por ejemplo, alguien experimenta una exigencia moral para actuar de determinada manera, pero tiene intereses contrarios a esa acción, muchos filósofos dirían que éste no es un dilema genuinamente moral.

O dilema moral implica una situación en la que un agente está moralmente obligado a actuar y necesita elegir entre dos o más acciones posibles, donde realizar una implica no realizar la otra (s). Surge naturalmente una pregunta: ¿cómo podemos aceptar que alguien moralmente obligado a realizar dos acciones en conflicto?

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No sería muy difícil elegir entre cancelar una cita, personal o profesional, y llevar al herido al hospital. Se considera que algunas acciones pueden anular a otras, no ignorando sus valores o implicaciones morales, sino poniéndolas en un segundo plano en el contexto de la situación, porque el valor moral subyacente a estas acciones anula el valor o valores. ) que subyacen a las otras opciones. Muchos dilemas cotidianos consisten precisamente en la dificultad de evaluar esta característica anuladora.

La filósofa Philippa Foot abordó muchos dilemas en sus textos e imaginó uno de los ejemplos más conocidos en el mundo académico:

“Edward es un conductor de un tranvía cuyos frenos fallaron. En la barandilla delante de él hay cinco personas. Las orillas son tan empinadas que no podrán salirse del camino a tiempo. La vía tiene un desvío a la derecha y Edward puede girar el tranvía hacia este lado. Desafortunadamente, hay una persona en este camino. Edward puede darle la vuelta al carrito matando a esta persona, o puede abstenerse de darle la vuelta y matar a los cinco «. (THOMSON, 1976, pág.206)

La situación estaba más cerca de la vida cotidiana, cuando nos encontramos entre los acción y el omisión. La solución de Philippa Foot, en cualquier caso, se basa en la distinción entre los deberes positivos, en los que tenemos la obligación de actuar, como cuidar a los niños, y los negativos, que consisten en acciones que debemos evitar, como matar a un agresor, eso tendría prioridad.

Judith Jarvis Thomson asocia este caso con el de un juez que se enfrenta a la demanda de que se juzgue un delito. Aunque la policía no tiene sospechosos, cinco rehenes morirán si el juez no presenta a un culpable. Los casos son ciertamente diferentes. El conductor debe decidir entre dos deberes negativos, el de evitar matar a cinco personas y el de evitar matar a una persona, pero el médico se encuentra entre un deber negativo y uno positivo, a saber, el de prestar ayuda. ¿Por qué aceptaríamos que está permitido matar a uno en el caso del tranvía, pero no aceptar matar a uno en el caso del médico?

Judith Thomson propuso una revisión importante del ejemplo original de Philippa Foot, que se conoció como el dilema del tranvía. En su modificación, un transeúnte se encuentra cerca del lugar donde se detiene el tranvía, lo que brinda la oportunidad de cambiar la trayectoria del tranvía mediante una palanca:

“Quizás a algunos les parecerá incluso menos evidente que la moralidad requiere que el transeúnte gire el tranvía que la moralidad requiere que el conductor gire el tranvía; quizás algunos se sientan aún más incómodos con la idea de que el transeúnte dé vuelta al tranvía que con la idea de que el conductor lo haga girar. […] Su elección es, por tanto, entre tirar de la palanca, en cuyo caso mata a uno, y no tirar de la palanca, en cuyo caso deja morir a cinco ”. (THOMSON, 1985, p. 1398, nuestra traducción)

¡La intuición de que matar a uno es peor que dejar morir a cinco se desafía con esta revisión!

En general, los dilemas resueltos en filosofía son experimentos mentales, desarrollados para hacer explícitas nuestras intuiciones y cuestionarlas. En otros casos, sirven para reflexionar sobre explicaciones teóricas de los valores morales. Además de los dilemas elaborados filosóficamente, existen otros dilemas, como la elección de Sofía, por ejemplo. También tenemos, en un contexto más amplio, el dilema de Abraham, descrito en el libro del Génesis, entre obedecer a Dios y sacrificar a su propio hijo.

Lo importante es darse cuenta de que el carácter ficticio de los dilemas no elimina su relevancia para la reflexión moral.

Referencias:

PIE, Philippa. El problema del aborto y la doctrina del doble efecto. En: Virtudes y vicios y otros ensayos de filosofía moral. Los Ángeles: University of California Press, 1978. p. 19-32.

_____. Reconsideración de los dilemas morales. En: Dilemas Morales y otros temas de Filosofía Moral. Oxford: Clarendon Press, 2002. p. 175-188.

THOMSON, Judith Jarvis. Matar, dejar morir y el problema del carro. El Monista, v. 59, no. 2, pág. 204-217, abr. 1976. Disponible en: Consultado el: 30/04/2018.

_____. El problema del carro. The Yale Law Journal, vol. 94, no. 6, pág. 1395-1415, mayo de 1985. Disponible en: . Consultado el: 03.20.2018.

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