Absolutismo en Francia – Historia

Llamamos absolutismo al modelo de gobierno presente a gran escala en Europa a finales de la Edad Media y principios de la Edad Moderna, donde el poder del rey era absoluto, no estando regulado de ninguna manera ni por ninguna institución o ley.

Luis XIV, el mayor rey absolutista de Francia.

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Luis XIV, el mayor rey absolutista de Francia.

En este sentido, aunque existen varios tipos de gobiernos absolutistas en Europa, el absolutismo en Francia se convirtió en el más destacado y simbólico de estudio de la época, tanto por su opulencia como por su duración y efectos.

El absolutismo francés, aunque tiene raíces medievales, pasa a la historia como un movimiento predominantemente moderno, ya que atraviesa siglos de la Edad Moderna, ejerciendo una notoria influencia en la política francesa.

Estas raíces medievales se remontan al siglo X, cuando Hugo Capeto se convirtió en el gobernante del país, dejando su puesto de vasallo más importante de Francia, ocupando el trono y comenzando la llamada dinastía Capetingiense, que gobernará Francia con sus numerosos representantes a la vuelta de la esquina. 800 años.

Los gobiernos de la dinastía Capetingiense tuvieron numerosas dificultades a lo largo del tiempo para mantener el poder y llevar al país al fortalecimiento.

El retroceso más grave al que se enfrentó probablemente fue la llamada «Guerra de los Cien Años» que, iniciada en el siglo XIV, duró, en realidad, 116 años, caracterizados por varios conflictos intermitentes con diferentes raíces y consecuencias, pero que, en definitiva , opuso Francia a Inglaterra.

En la Edad Moderna, la dinastía Valois se destacó en la política francesa, que fue testigo del inicio de los conflictos religiosos que asolaron Francia en los años siguientes. Al oponerse la tradición católica francesa a la creciente influencia protestante (calvinista), estos graves conflictos convirtieron a Francia en uno de los mayores campos de batalla religiosos de Europa. Este conflicto se extendió a la organización social, donde el conflicto entre la nobleza de tradición católica y la burguesía protestante se hizo cada vez mayor.

De este conflicto surgió una nueva dinastía, los Borbones, representados por Enrique IV, coronado rey, representando una notable victoria de los protestantes contra los nobles católicos.

El segundo representante de la dinastía fue Luis XIII, quien reforzó la influencia del absolutismo a través del cardenal Richelieu, personaje que colaboró ​​activamente para mantener el estatus de rey y la monarquía absoluta.

Otro conflicto en el que se vio envuelta Francia en este período enfrentó a los franceses contra los monarcas austríacos. Los Habsburgo austríacos hicieron la guerra contra Francia y su derrota permitió a los franceses obtener considerables ganancias financieras y coloniales.

El apogeo del absolutismo, tanto político, económico y social, pero sobre todo simbólico, tuvo lugar bajo el gobierno de Luis XIV. Nacido y criado para ser rey, el monarca francés reunió en sí mismo todas las condiciones y símbolos que caracterizaban a la monarquía, llevando la idea del absolutismo al extremo y simbolizándolo como ningún otro. Su asesor y aliado fue Colbert, un personaje importante de la monarquía, quien desarrolló el sistema mercantilista, la base teórica del desarrollo económico europeo.

Los ideales económicos adoptados por el absolutismo francés se basaban en la idea de una fuerte intervención estatal en la economía, donde el rey controlaba cada detalle; el fortalecimiento del mercado interno, que garantizó el funcionamiento efectivo de la economía y la oferta del país; el mantenimiento de una balanza comercial favorable, reduciendo las importaciones y estimulando la exportación de excedentes, el pacto colonial, que debe a Francia todas las condiciones para producir, habiendo garantizado tanto las fuentes de materia prima como el mercado de consumo de los productos franceses y, finalmente, la generalizada el uso del proteccionismo, que tenía como objetivo fortalecer la economía nacional y mantener la competitividad francesa.

En su gobierno, Luis XIV reprimió con firmeza a la burguesía, imponiendo limitaciones y arbitrariedades y persiguiendo a los opositores, deteniendo o incluso asesinando.

Esta situación, con poder centralizado, mano dura del Estado en la economía y la persecución religiosa y política, sembraron las condiciones para el nacimiento del movimiento revolucionario de 1789. La Revolución Francesa surge como consecuencia de estas medidas y del fuerte gobierno de Luis XIV. , convirtiéndose en un hito en la historia de la humanidad que, en 1789, asiste a un proceso revolucionario que hace colapsar el absolutismo, dando paso a otras ideas y prácticas políticas que servirán de base a las ideas contemporáneas.

Bibliografía
http://sociojuspolisofia.blogspot.com.br/2006/09/bossuet-jacques-bnigne-politica-second.html
http://educacao.uol.com.br/disciplinas/historia/absolutismo-na-franca-formacao-do-estado-nacional-frances.htm
Souza, Marcos da Cunha y, Absolutismo y progreso de la guerra. Revista del Instituto de Geografía e Historia Militar de Brasil, número 88, año 62, 2002.

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