adenoma de próstata –

Tumor benigno en la parte central (que rodea la uretra) de la próstata.

Un adenoma de próstata aparece en el 85% de los hombres de entre 60 y 70 años.

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Síntomas y curso

El paciente tiene que levantarse varias veces por la noche para orinar y tiene dificultad para vaciar completamente la vejiga (debilidad del chorro de orina, gotas tardías). A menudo tiene una fuerte necesidad de orinar con pérdidas ocasionales de orina. En el 30% de los casos, al dificultar la apertura del cuello de la vejiga durante la micción, el adenoma impide la evacuación de la orina. La vejiga se vacía mal, se dilata y suele ser el lugar de infecciones del tracto urinario secundarias a la presencia residual de orina en la vejiga. No existe una correlación entre el tamaño del adenoma y el grado de malestar miccional que causa.

Cuando el adenoma es muy molesto, a veces conduce a una disminución de la actividad sexual. Su curso es a menudo impredecible: el adenoma de próstata puede causar muy poca alteración durante mucho tiempo o progresar en brotes con períodos de remisión. A veces es la causa de la retención aguda completa de la vejiga, que requiere un drenaje de emergencia de la vejiga colocando un catéter vesical.

Diagnóstico

Se basa en primer lugar en el tacto rectal, pero también en la ecografía vesico-prostática, en la dosificación sanguínea de PSA (antígeno prostático específico), la ausencia de elevación de éste permite comprobar que actúa bien. un adenoma y no un cáncer y, posiblemente, en la ecografía renal para evaluar el impacto renal.

Tratamiento y consecuencias

El tratamiento depende principalmente de las molestias debidas al adenoma. Si esto no evita el vaciado completo de la vejiga, el tratamiento es médico. Tiene como objetivo reducir los síntomas del adenoma sin eliminarlo: tomando fármacos que modifiquen la contracción del músculo y esfínteres de la vejiga (alfabloqueantes, por ejemplo) o permitiendo una disminución gradual del volumen tumoral (inhibidores de la 5-alfa-reductasa, una enzima que promueve el crecimiento del adenoma). El paciente debe evitar platos picantes, bebidas carbonatadas, especialmente las alcohólicas (champagne).

En todos los casos, el paciente debe ser monitoreado regularmente por posibles obstrucciones o complicaciones del cuello de la vejiga.

Si, por el contrario, el adenoma interfiere en el vaciado de la vejiga o es causa de complicaciones, se puede extirpar por vía endoscópica o, cuando es muy grande, mediante cirugía convencional. Estos procedimientos requieren anestesia general o locorregional (epidural). Producen eyaculación retrógrada (el semen fluye de regreso a la vejiga y se elimina en la orina) provocando esterilidad, pero que no tiene ningún efecto sobre la calidad de las erecciones. Esta es la razón por la que, en algunos pacientes jóvenes con un pequeño adenoma, nos contentamos con hacer una simple incisión endoscópica del cuello de la vejiga y la próstata, que permite una micción de buena calidad y minimiza el riesgo de eyaculación retrógrada.

El uso de fármacos ha mejorado la calidad de vida de los pacientes al evitar, en casi el 70% de los casos, la necesidad de cirugía. Sin embargo, este sigue siendo el tratamiento más eficaz para las formas avanzadas.

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