Written by A pesar de las diferentes perspectivas de la Geografía, la forma de enseñarla, de transmitirla a los alumnos, suele basarse en la introducción y exposición que el docente hace de la disciplina, además de la ayuda de material didáctico. Para comprobar si los alumnos han adquirido los conocimientos necesarios, se aplican pruebas y ejercicios para comprobar si el contenido ha sido asimilado o no.
A menudo, y así debe ser, una misma asignatura de Geografía -con sus diferentes vertientes- se aborda en diferentes cursos escolares, sin embargo, cada vez más se profundiza por parte del educador y se comprende según las edades de los alumnos. Este “reaprendizaje” de un tema dado muestra la complejidad de este y su relación sociedad-naturaleza.
Por tanto, ambas (sociedad y naturaleza) deben ser estudiadas conjuntamente, además de todas sus relaciones, ya que una es determinante de la otra. Según el PCN de Geografía, “se debe enseñar la observación, descripción, experimentación, analogía y síntesis para que los estudiantes aprendan a explicar, comprender e incluso representar los procesos de construcción del espacio y los diferentes tipos de paisajes y territorios”. (pág. 9).
En cuanto al lugar donde se inserta el alumno, esta es una asignatura recurrente durante dicha escolarización. A pesar de esto, no debe haber jerarquías en relación al espacio vivido y el espacio del mundo porque la realidad de cada alumno es diferente y la presentación de cada lugar debe tener relevancia en función de las necesidades de cada clase. La relación entre “local” y “global” debe ser muy amplia desde los primeros ciclos escolares.
En los ciclos finales ya se puede profundizar la relación entre temporalidad y territorialidad, pues el alumno ya la puede asimilar y comprender. Es el caso de la globalización, que tantas veces se menciona en tantas situaciones y que engloba diversas cuestiones geográficas (políticas, territoriales, sociales, económicas, medioambientales).
En este sentido, toda esta exposición muestra al alumno que es parte activa y pasiva de todos los cambios en los paisajes terrestres y el conjunto que envuelve la geografía local, global, política, cultural y social.
Este fenómeno que incluye al hombre como parte de todo el cambio y transformación del espacio geográfico puede ser estudiado desde algunos escritores brasileños, como, por ejemplo, Jorge Amado y Érico Veríssimo, es decir, la interdisciplinariedad entre Geografía y Literatura. A través de estos y otros autores es posible conocer los diferentes aspectos regionales, sociales, culturales y naturales. Además de las obras escritas, el cine, la música y el arte también contribuyen al conocimiento de la geografía regional y temporal.
El uso de imágenes dentro del aula también es un gran aliado del docente, es decir, fotografías aéreas, fotografías comunes, videos, entre otros, muestra la modificación de ciertas áreas y un estudio más específico sobre la influencia del hombre y la naturaleza en el espacios en cuestión. Estas transformaciones deben ser contextualizadas por el educador, quien debe presentar cómo, por qué, por quién, cuándo ocurrieron los cambios.
La situación descrita anteriormente es una de las formas de presentar la cartografía a los estudiantes. Además de esto, otra forma de trabajar con un lenguaje cartográfico dentro del aula es a partir de un mapa en blanco, en el que, a partir de colores, leyendas y efectos, se pregunta la identificación de ríos, estados, situaciones económicas y otras características que pueden ser analizados y reconocidos a partir de un mapa.
Todo este trabajo cartográfico sirve como base para lo que sirve un mapa, que va desde ir de un lugar a otro, hasta comprender temas más específicos. Es decir, “la escuela debe generar oportunidades para que los estudiantes construyan conocimientos sobre este idioma de dos maneras: como personas que representan y codifican el espacio y como lectores de la información que se expresa a través de él”. (pág.11).
Fuente: PCN – Geografía
