LA Arteritis de Takayasu, también llamado síndrome del arco aórtico, se define como una enfermedad inflamatoria de etiología aún desconocida, que afecta a la arteria aorta y sus ramas, además de las arterias pulmonares y coronarias.
Este trastorno afecta especialmente a mujeres en fase reproductiva y se caracteriza por provocar inflamación granulomatosa transmural, que puede llevar a estenosis, oclusión, dilatación y / o formación de aneurismas en las arterias afectadas.
El cuadro clínico de la arteritis de Takayasu comprende una fase inflamatoria sistémica, acompañada de fiebre, malestar, sudores nocturnos, pérdida de peso, fatiga y artralgia. En conjunto, puede haber anemia y proteína C reactiva elevada o velocidad de sedimentación globular. Por tanto, existe una fase denominada fase de pulso, que se caracteriza por inflamación vascular, que lleva a un estrechamiento de la luz de los vasos sanguíneos, provocando cojera, estenosis de la arteria renal, que puede conducir a hipertensión y manifestaciones neurológicas por reducción de flujo de sangre al cerebro.
La estenosis de la arteria renal es relativamente preocupante, ya que esta situación provoca una disminución del flujo sanguíneo en el aparato yuxtaglomerular, lo que conduce a una excreción exacerbada de renina y niveles altos de aldosterona, lo que resulta en retención de agua y sodio, además de hipertensión.
La intensidad de los síntomas neurológicos depende del grado y la naturaleza de la obstrucción de los vasos sanguíneos, que puede variar desde mareos leves hasta convulsiones. Otra manifestación que, aunque rara, se puede observar en pacientes con esta afección es la alteración del campo visual, que incluye hemorragia retiniana y pérdida de la visión.
Al final de la enfermedad, las paredes de las arterias son frágiles y pueden dar lugar a aneurismas. Por lo tanto, es necesario monitorearlos constantemente, ya que la probabilidad de ruptura vascular y hemorragia es alta.
El diagnóstico se realiza en base al cuadro clínico que presenta el paciente, junto con las pruebas de laboratorio y de imagen. Los análisis de sangre muestran un aumento de la velocidad de sedimentación globular y de la proteína C reactiva. La anemia normocítica normocrómica y la hipoalbuminemia indican la cronicidad de esta enfermedad. Por lo general, se necesita una arteriografía para confirmar el diagnóstico. Además, se pueden utilizar alternativamente otras pruebas de imagen, como la ecocardiografía transtorácica, la tomografía computarizada y la resonancia magnética.
El tratamiento consiste en corticosteroides, que pueden suprimir los síntomas sistémicos y retrasar la progresión de la arteritis. Los procedimientos de revascularización, que pueden ser mediante angioplastia o cirugía, también pueden ser necesarios en los casos de pacientes que presenten isquemia con estenosis arterial irreversible.
Fuentes:
http://www.scielo.br/pdf/rbr/v46s1/a02v46s1.pdf
http://departamentos.cardiol.br/dha/revista/16-4/16-arterite.pdf
http://www.cerir.org.br/revistas/marco2001/arterite.htm
http://en.wikipedia.org/wiki/Takayasu’s_arteritis