Arteritis temporal – Enfermedades –

LA arteritis temporal, también llamada arteritis de células gigantes, o Enfermedad de horton, es una vasculitis sistémica, de carácter autoinmune, más comúnmente observada en adultos, especialmente en ancianos.

Afecta preferentemente a las arterias de mayor calibre, como las arterias temporal, carótida, vertebral y aorta. Otras comúnmente afectadas son las arterias ciliar, oftálmica y central de la retina.

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Fue descrito por primera vez en el año 1890 por Hutchinson. Lo describió como una inflamación muy dolorosa de la arteria temporal. Después de años, Horton y colaboradores realizaron las correlaciones clínicas e histopatológicas del trastorno, nombrándolo arteritis temporal, llegando, después de años, a consagrarse el nombre de Enfermedad de Horton. En 1960, Paulley y Hudgens describieron otras formas de este trastorno y desde entonces se han observado una amplia variedad de manifestaciones clínicas, pronósticos y complicaciones.

La aparición de este trastorno está íntimamente ligada a la edad, siendo infrecuente en menores de 50 años, con un pico de incidencia entre la séptima y octava décadas de la vida, con aproximadamente 200 casos por 100.000 habitantes. Se sabe que las mujeres se ven de 2 a 6 veces más afectadas que los hombres, probablemente debido a factores hormonales. Además, el porcentaje también aumenta en las personas que tienen antecedentes de tabaquismo. Aunque no existe preferencia por la etnia, esta enfermedad está más presente entre los caucásicos, especialmente en los descendientes de escandinavos, hecho que probablemente esté relacionado con la distribución del antígeno HLA-DR4 entre diferentes etnias.

Actualmente, se ha dilucidado su etiopatogenia. Se sabe que se trata de una reacción dependiente de los linfocitos T activados por antígenos, que daña la túnica íntima de las arterias por parte de células gigantes, lo que daña la elasticidad de los vasos. Se cree que, con el tiempo, la elastina (presente en la pared de las arterias elásticas) se vuelve antigénica y desencadena una reacción inflamatoria inmunomediada.

Las manifestaciones clínicas presentes en este trastorno incluyen:

  • Fiebre;
  • Dolor de cabeza;
  • Fuerza muscular reducida;
  • Inapetencia;
  • Perdida de peso;
  • Mialgias inespecíficas, especialmente en la mañana, que pueden presentar rigidez del cuello y músculos de la cintura escapular y pélvica;
  • Claudicación de la mandíbula, que es un síntoma clásico, en el que el paciente se queja de dolor al masticar o hablar durante mucho tiempo;
  • Sudores nocturnos;
  • Manifestaciones oftálmicas, que a menudo resultan en pérdida de visión.

El diagnóstico de esta enfermedad es básicamente clínico, y se considera que el paciente tiene arteritis temporal cuando se cumplen al menos tres de los cinco criterios, siendo los siguientes:

  • 50 años o más;
  • Dolor de cabeza localizado y de aparición reciente;
  • Anormalidad de la arteria temporal;
  • Velocidad de sedimentación globular elevada (mayor de 50 mm / h);
  • Biopsia arterial anormal que muestra, por ejemplo, arteritis necrotizante o células gigantes multinucleadas.

También se pueden realizar pruebas de imagen, como radiografías de la arteria temporal, resonancia magnética, tomografía computarizada y angiografía.

El tratamiento de esta afección es esencial para prevenir la pérdida visual y se debe implementar la terapia adecuada tan pronto como se sospeche la afección. Los corticosteroides se utilizan normalmente para prevenir la ceguera.

Fuentes:
http://pt.wikipedia.org/wiki/Arterite_temporal
http://www.abcdasaude.com.br/artigo.php?34
http://www.arquivosdeorl.org.br/conteudo/pdfForl/570.pdf

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