Autofecundación

La reproducción es la principal característica de los seres vivos, es a través de ella que la vida se ha perpetuado en nuestro planeta, desde su origen. La reproducción puede ser asexual o sexual. Uno de los tipos de reproducción sexual es autofecundación, que es un proceso que ocurre cuando el gameto femenino (óvulo) y el gameto masculino (espermatozoide o polen, en el caso de las plantas) son producidos por el mismo organismo de un mismo ser vivo (se da naturalmente en las plantas). Los seres vivos que tienen gametos masculinos y femeninos se llaman hermafroditas. En la reproducción por autofecundación no hay intercambio de gametos entre individuos. Es la intersección del individuo consigo mismo. Como característica de este mecanismo reproductivo, existe un grado de endogamia muy intenso, es decir, los descendientes tendrán un alto grado de parentesco entre ellos y sus padres. Este hecho se puede observar en vegetales que tienen flores completas, en aquellos que tienen órganos masculinos y femeninos juntos, como maní, tomate, frijol. La comprensión de este mecanismo proporciona su aplicación en varios programas de mejoramiento genético, para obtener líneas de individuos con mejor y mayor uniformidad.

En algunas especies de plantas existen mecanismos bioquímicos que impiden la autofecundación. Algunas crean barreras entre los sistemas reproductivos femenino y masculino, como los órganos reproductivos que pueden madurar en diferentes momentos (dicogamia) o barreras físicas, como la ubicación de los órganos sexuales que no permiten el acercamiento de los gametos femenino y masculino (hercogamia). ) . La soja tiene un mecanismo llamado cleistogamia, donde la fecundación se produce antes de que se abra la flor, evitando así el contacto con el polen que proviene de otra planta.

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En el reino animal, la aparición de especies que tienen la característica de la autofecundación es bastante rara. Sin embargo, tenemos ejemplos de gusanos hermafroditas, como lombrices de tierra y tenias, que tienen ambos sistemas reproductivos. En las lombrices no se produce la autofecundación, siendo necesario que dos lombrices realicen la fecundación cruzada. Son conocidos como hermafroditas dioicos.

En el caso de las tenias, no se necesitan dos individuos para que se produzca la reproducción. Pueden autofecundarse auténticamente y, por lo tanto, pueden clasificarse como hermafroditas monoicos. Cada proglotis (que es el nombre que se le da al segmento del cuerpo de la tenia) tiene órganos reproductores masculinos y femeninos, por lo que los espermatozoides de una proglotis pueden fertilizar los óvulos de otra. De esta manera, después de la fertilización, estos proglótidos se llenarán de huevos y los proglótidos ‘embarazados’ se liberarán en las heces del huésped.

La autofecundación produce líneas puras, priorizando las características que se pretenden resaltar. Las líneas puras son organismos que tenderán siempre a mostrar las mismas características después de la autofecundación, es decir, las características no variarán a lo largo de las generaciones.

Referencias bibliográficas:

http://www.uenf.br/Uenf/Descargas/LMGV_5208_1309964623.pdf

http://www.ufjf.br/cursinho/files/2013/05/Apostila-Gen%C3%A9tica-111-169.pdf

http://arquivo.ufv.br/dbg/gbolhtm/gbol9.htm

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