Bono demográfico brasileño: geografía

La llamada bonificación demográfica que ocurrió en Brasil es un factor que se asocia con las tasas demográficas, como la tasa de natalidad, la esperanza de vida y la tasa de mortalidad. Cuando la tasa de natalidad y la tasa de mortalidad disminuyen y la esperanza de vida aumenta, se genera una mayor cantidad de población en edad laboral para trabajar, de 15 a 64 años.

Este bono demográfico es resultado de la disminución de los nacimientos (reducción de la tasa de fecundidad), y debido a las mejoras en la calidad de vida, se produce una reducción de la mortalidad, aumentando la población joven y adulta en relación con otros grupos de edad, como niños y ancianos.

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Brasil, al igual que otros países en desarrollo económico, ha pasado por esta fase de bonificación demográfica, lo que se traduce en una posible fuerza laboral que puede marcar la diferencia en la economía del país, ya que los países que cuentan con esta bonificación tienden a incrementar sus ahorros.

Económicamente, este bono demográfico implica un mayor número de personas que generan fuerza de trabajo que puede producir y pagar impuestos, impulsando la economía del país. Sirviendo como combustible para la producción industrial y comercial, generando riqueza, aumentando la economía y en consecuencia sus ingresos, ampliando el mejoramiento de las condiciones de vida.

Algunos países aprovecharon su fase de bonificación demográfica para impulsar sus economías, como China, Japón, Corea del Sur y Singapur, entre las décadas de 1960 y 1990, manteniendo sus economías altas durante un largo período mientras se encontraban en transición demográfica.

La transición demográfica es cuando cambian los grupos de edad donde se concentra la mayor parte de la población, por ejemplo, se prevé que en la década de 2030 la mayor parte de la población brasileña se encuentre en el grupo de edad avanzada, reduciendo la cantidad de fuerza laboral, ya que hoy la misma se encuentra en el adulto.

Con el grupo de niños de corta edad, debido a la disminución de la tasa de fecundidad, el país perderá la población económicamente activa en números, lo que se traducirá en un problema económico para el país, como se observa actualmente en algunos países de Europa, donde la mayor parte de la población se encuentra en el grupo de edad avanzada, y la recaudación financiera de la población activa no cubre la necesidad de pagos de la seguridad social para la población de edad avanzada, lo que genera problemas de gasto público.

En el caso de Brasil, el país ha estado viviendo un estancamiento económico, pues organismos como el FMI (Fondo Monetario Internacional) y el Banco Mundial dijeron que el país perdió la oportunidad de aprovechar el impulso del bono demográfico para impulsar su economía, creyendo que se necesitan reformas para aumentar la productividad y corregir el desequilibrio de las finanzas públicas. En otras palabras, Brasil no aprovechó el bono demográfico y siguió siendo pobre.

El bono demográfico debe verse como una oportunidad única para elevar la economía antes de la transición demográfica, donde el país debe fomentar la educación, profesionalizar a los jóvenes, invertir en formas que mejoren las formas de producción, enfocándose en incrementar la economía, pero muchos países ven el elevado número de jóvenes como problema y no como solución.

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