Camille Flammarion – Biografía del astrónomo

El primer desamor en la vida de este hombre fue el recuerdo de su primer amor, Antoinette, quien murió a los diez años, luego de una epidemia de cólera que azotó al pequeño Montigny-le-Rot, en la región de Lorena, Francia.

Él era Nicolás Camille Flammarion ya en el convento prometido por su madre a la vida religiosa. Temprano, Nicolás aprendió a leer y escribir, además de matemáticas hasta los cinco años. A los dieciséis años escribió un tratado sobre cosmogonía, ‘Cosmogonía universal’, por el cual fue designado para trabajar y estudiar en el Observatorio de París. Estaba descontento con la inercia de otros investigadores que solo se limitaban a la trigonometría de las estrellas, midiendo sus distancias y no se dedicaban a entender la vida de los planetas, al estudio de las condiciones de vida en el Universo.

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Sus posteriores observaciones sobre los estudios del satélite de la Tierra le valieron el apodo de «Poeta de la Astronomía», ya que describe tanto los efectos del sol en los paisajes lunares como las sombras de las cumbres con poesía al son de la «Sonata Claro de Luna» de Beethoven. Preguntaron sobre la naturaleza de las estrellas, reflejada en los movimientos del planeta tanto de rotación, de traslación, de revolución, y en los otros once movimientos que realiza el planeta y de los cuales ningún ser humano es sensible. Así de la misma manera observa nuestra falta de percepción de las manifestaciones de las radiaciones magnéticas del Sol, de las vibraciones más lentas o más rápidas de la luz, o de los sonidos y olores que no percibimos.

Cuida que su obra “La pluralidad de los mundos habitados” sea cuidadosamente documentada, concomitante con los análisis que se realizaban en la época, como la fotografía del Sol y los planetas, cometas y nebulosas y el análisis espectral de los cuerpos celestes. Afirmó, en una época de fuerte materialismo, que ‘creer en todo es un error, no creer en nada también será un error’, atreviéndose a hablar del alma, indagando sobre nuestra condición de ‘átomos pensantes sobre un móvil’. átomo’ que nos lleva por el espacio a la velocidad de 107000 km por hora. Esta obra, que trata sobre la pluralidad de los mundos, recibió críticas favorables, como la de Victor Hugo, y fue traducida a varios idiomas, incluido el portugués y en estereotipo para ciegos.

Fue el libro del momento en la corte de Napoleón III, sin embargo, recibió feroces ataques de la Iglesia por sus susceptibilidades religiosas heridas. Su segundo libro fue igualmente aclamado por todos, ahora aceptado, y Flammarion ingresó al periodismo científico escribiendo artículos; posteriormente publica una novela en la que aborda problemas del espíritu, también se convierte en conferencista e imparte un curso de astronomía popular. Continúa con estudios astronómicos y se dedica a estudios sobre problemas psíquicos, comenzando con transmisiones telepáticas.

Con base en sus investigaciones logra responder algunas preguntas como que se ignoraron los hechos debidos a las facultades cerebrales, que el Universo es un dinamismo regido por fuerzas invisibles y pensantes, a las cuales obedece la materia. Le preocupaba la observación de manchas solares, configuraciones lunares, constelaciones y estrellas bicolores o titilantes, los anillos de Saturno, el disco de Júpiter, nebulosas y cometas. Para estudiar el estado higrométrico y la dirección de las corrientes de aire, a partir de 1867 se interesó por la navegación aérea.

Hizo doce viajes aéreos, de 1868 a 1880, relatando estos viajes en el libro “Viagens em Balão”. Busca así observar el mundo atmosférico y sus leyes que propone como regulares. Dirigió la revista Astronomia y vio sus afirmaciones anteriores (1865) sobre la medición del magnetismo del Sol (1919). Vio sus aseveraciones, anteriormente opuestas no solo por los religiosos sino también por sus pares, siendo aceptadas y justificadas por los logros de la ciencia de la época, haciendo que sus obras tuvieran clamorosas ventas. El gran investigador afirmó que: No hay casualidad. Todo fenómeno es el efecto de una causa. Murió en 1925, a la edad de 83 años.

Fuente:
Grandes Vocaciones: Científicos. v.5 São Paulo: Donato, [s/d].

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