Céline y Julie van en barco

Comedia fantástica de Jacques Rivette, con Juliet Berto (Céline), Dominique Labourier (Julie), Bulle Ogier, Marie-France Pisier, Barbet Schroeder, Philippe Clévenot, Jean Douchet, Jean-Claude Biette.

  • Guión: Jacques Rivette y sus intérpretes, Eduardo De Gregorio
  • Fotografía: Jacques Renard
  • Música : Jean-Marie Senia
  • Ensamblaje: Nicole Lubtchansky
  • Producción: Películas de Losange
  • País : Francia
  • Fecha de lanzamiento : 1974
  • Su : colores
  • Duración : 3 h 12

Abstracto

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Dos jóvenes se encuentran en París: Julie, racional y fría, Céline, excéntrica y hasta mitómana. Céline se ha inventado una existencia mágica para sí misma, y ​​poco a poco lleva a Julie a la realidad de esta existencia (gracias al aparejo cinematográfico más básico). A mitad de la película, Julie querrá utilizar los “poderes” con los que ahora está dotada para encontrar su propia infancia, ubicada en una misteriosa casa suburbana, que no estará exenta de riesgos. Mientras tanto, habrán conocido personajes más o menos extraños, del mundo obsesivo del cineasta y una creación casi del día a día. La conclusión, por así decirlo, expone la posibilidad de reiniciar la película.

Observación

El prestigio del espejo

El título recuerda un acertijo: uno cae del barco, el otro se queda. Los dos intérpretes, que crearon la película con Rivette, son intercambiables (como en medio de un río) o más bien la película es la historia de este intercambio: Juliet se convierte en Julie y viceversa.

Con Céline y Julie, Rivette continúa en ciertos aspectos la empresa del “cine infinito” iniciada el año anterior con Out one: se trata de explorar todas las variaciones de una situación inicial intercambiando personajes e incidentes. La más simple de estas variaciones es el espejo: cualquier reflejo equivale a un cruce. Dentro Céline y Julie, donde se aplica el mismo principio de manera divertida, todo es doble, incluso en el hecho de que los intérpretes actúan en gran medida para el público (como en el teatro) mientras los personajes interpretan sus vidas (como suele ocurrir en el cine). Sin embargo, salvo en algunas escenas, no se trata de una auténtica improvisación: todo ha sido escrito y ensayado, sin olvidar la seguridad de los lugares, ni la belleza o el humor de los «escenarios naturales».

Formas gastadas del espectáculo (conjuro, circo, striptease, «casas embrujadas» donde son los fantasmas los que aplauden …) Celine y Julie dibuja una seducción y un encanto en el humor que no es paródico, como la niña (obviamente de Lewis Carroll) que reparte caramelos mágicos en el momento oportuno.

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