Written by Los ácidos grasos se oxidan dentro de las mitocondrias, sin embargo, una vez en el citosol, los ácidos grasos no pueden entrar como tales en las mitocondrias. Deben activarse en una reacción de acilación, que depende de la energía (ATP), para formar Acetil Coenzima A – grasa (Acetil CoA).
Este acetil CoA producido durante la oxidación (los ácidos grasos pierden unidades 2C, comenzando en el extremo carboxílico de la cadena de ácidos grasos, a través de una serie de pasos catalizados por un conjunto de enzimas) en las mitocondrias hepáticas puede oxidarse aún más a través del ciclo del ácido cítrico. Sin embargo, una parte significativa de este acetil CoA se puede convertir en pequeñas moléculas solubles en agua llamadas acetoacetato y beta hidroxibutirato, que, junto con la acetona, forman un grupo llamado cuerpos cetónicos.
Para muchos tejidos periféricos, como el corazón y el músculo esquelético, estos cuerpos cetónicos actúan como combustible metabólico.
En condiciones normales de alimentación, el cerebro usa solo glucosa como un teléfono de energía. En casos de ayuno prolongado o problemas metabólicos, utiliza cuerpos cetónicos como forma de energía.
La producción de cuerpos cetónicos en el hígado es mínima en condiciones normales de alimentación. Cuando ocurre una condición de privación de alimentos o diabetes, la producción de estos cuerpos cetónicos aumenta enormemente, lo que lleva a los niveles sanguíneos a una cetoacidosis, donde se producen cetocemia, cetocenuria y olor a acetona en el aire exhalado.
La cetoacidosis es muy peligrosa y puede provocar la muerte.
Con la ausencia de carbohidratos en la dieta, el cuerpo usa ácidos grasos y esto acelera la producción de cuerpos cetónicos. El exceso de cuerpos cetónicos se excreta en la orina en forma de sales de sodio, lo que provoca acidosis sanguínea, deshidratación, que puede resultar en coma y muerte.
