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LA cisticercosis es una enfermedad causada por las larvas del Taenia solium, la misma causa de teniasis. La diferencia con relación a esta enfermedad es que, en la cisticercosis, el ser humano ocupa el lugar del cerdo durante el ciclo de vida del parásito.
Transmisión
El patógeno es ingerido por humanos a través de carne de cerdo contaminada con cisticercos. Cuando están en el intestino, los cisticercos eclosionan y liberan las oncosferas, la forma larvaria de la tenia, que terminan en el torrente sanguíneo y penetran en la pared intestinal.
La tenia es un gusano que puede alcanzar hasta siete metros de longitud, teniendo en la mayor parte de su cuerpo filamentos llamados proglótides, cada uno con unos cincuenta mil huevos, y una tenia desarrollada puede tener hasta mil proglótides. Cuando se excretan a través de las heces, los huevos contaminan el área en la que se encuentran y pueden infectar a nuevos cerdos que pueden llevar los cisticercos a los humanos nuevamente, siendo este el ciclo de vida del parásito. Todo este proceso puede tardar hasta quince días después de ingerir los huevos del parásito.
Si los huevos del parásito no se eliminan en las heces de la persona infectada, pueden eclosionar y convertirse en larvas que se mueven desde el intestino a otras regiones del cuerpo. Cuando migran a otros órganos, provocan un gran daño tisular, siendo los lugares más frecuentes los músculos estriados, los ojos, el hígado y el cerebro. Si permanecen en el intestino, el animal en la etapa larvaria se convierte en la etapa reproductiva del parásito, el Taenia solium, causando teniasis.
Neurocisticercosis
Si la larva llega al sistema nervioso central, se desarrolla neurocisticercosis, siendo este el caso más grave de la enfermedad. La neurocisticercosis es difícil de tratar y a menudo requiere cirugía. Inicialmente, los síntomas como las convulsiones se tratan primero con el uso de anticonvulsivos, ya que aproximadamente el 60% de los pacientes desarrollan epilepsia. Las convulsiones surgen de la respuesta inflamatoria que tiene el organismo debido a la presencia de larvas, que pueden morir y calcificarse o generar líquido en el sitio (hidrocefalia), provocando un aumento de la presión intracraneal, provocando dolores de cabeza, convulsiones y en algunos casos conduciendo a la muerte. . El diagnóstico de la fase neurológica se realiza mediante serología e imagenología mediante tomografía computarizada o resonancia magnética, solicitada por el médico tras analizar la sintomatología.
Cuando las larvas se alojan en el ojo, pueden causar ceguera, por lo que es necesario extirparlas mediante cirugía. Si migran a los músculos, las larvas pueden lesionarlos, provocando calambres, dificultades de movimiento e inflamación. Cuando está en el corazón, el tratamiento se basa en medicamentos que reducen las palpitaciones, restaurando la calidad de la circulación sanguínea.
Prevención
Para prevenir la enfermedad, se recomienda cocinar la carne de cerdo muy por encima de los 71 ° C, además de inspeccionar este alimento antes de cocinarlo y consumirlo, para comprobar la existencia de cisticercos. Además, se deben respetar los buenos hábitos higiénicos, lavándose las manos después de ir al baño y después de manipular animales o estiércol.
Si un individuo ya presenta un cuadro de teniasis, es importante que se realice un tratamiento adecuado para que el gusano sea exterminado, evitando que progrese a cisticercosis.
Esta patología se encuentra en 18 países de América Latina, con un estimado de más de 350 mil pacientes. En Brasil, el sur y sureste son las regiones que tienen el mayor número de casos.
Referencias:
https://bvsms.saude.gov.br/bvs/publicacoes/doencas_infecciosas_parasitaria_guia_bolso.pdf
https://www.msdmanuals.com/pt-pt/professional/doen%C3%A7as-infectiosas/cest%C3%B3deos-vermes-em-fita/infec%C3%A7%C3%A3o-por-taenia- solium-t% C3% Ania-de-cerdo-y-cisticercosis # v1015443_en