coma –

Alteración total o parcial del estado de conciencia.

Causas

Un coma puede deberse a daño cerebral de origen vascular, infeccioso, tumoral o traumático (edema, hemorragia o contusión cerebral). También puede resultar de una oxigenación cerebral insuficiente (insuficiencia circulatoria, asfixia, intoxicación por monóxido de carbono), ataque epiléptico, intoxicación del tejido cerebral (intoxicación por drogas, alcohol, sobredosis de drogas), enfermedad metabólica (encefalopatía respiratoria o hepática, cetoacidosis diabética, hipoglucemia) o enfermedad endocrina (coma mixedematoso).

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Diferentes tipos de coma

Existen varios tipos de coma según el grado de deterioro de las funciones de relación. Un sujeto puede entrar en coma en cualquier etapa. Los primeros (I y II) son más fácilmente reversibles si se elimina la causa del coma. De lo contrario, empeora hasta el estadio IV, irreversible.

Etapa I, o coma vigilante, se caracteriza por reacciones de excitación del sujeto cuando se somete a una estimulación dolorosa (apertura de los ojos, gruñidos).

Estadio II se manifiesta por la desaparición de la capacidad de excitación del sujeto. Sin embargo, las reacciones motoras persisten, como la retirada de una extremidad cuando se pellizca; están menos adaptados a los estímulos cuanto más grave es el trastorno.

Estadio III, o coma carus, Ve la desaparición de todas las reacciones motoras y la aparición de trastornos oculares (movimientos asimétricos de los ojos) y trastornos vegetativos, en particular respiratorios, que pueden provocar la muerte por anoxia (supresión del aporte de oxígeno a los tejidos).

Estadio IV, o coma pasado, define la muerte encefálica y, por tanto, la muerte del paciente.

Para definir con mayor precisión la profundidad del coma, utilizamos la puntuación de Glasgow. Esto va desde 3, para los comas más profundos (muerte cerebral), hasta 15, para el estado normal de conciencia. Permite seguir la evolución de un coma y precisar el pronóstico. Esto último es tanto más grave cuando la puntuación inicial es baja y, sobre todo, porque no mejora con el tiempo.

Diagnóstico

El examen neurológico permite apreciar la profundidad del coma. Se basa en el examen ocular: reacción de las pupilas a la luz, motilidad ocular; sobre el estudio de las respuestas a los estímulos (auditivos, visuales, táctiles, etc .: llamada, luz, dolor); sobre el estudio del tono muscular, los reflejos y la respiración. La traza del electroencefalograma indica la capacidad de respuesta del sujeto a los estímulos.

Procesando

Una persona enferma en coma debe ser hospitalizada urgentemente. Independientemente del tratamiento de la causa, cuando esto sea posible, es necesario un seguimiento muy estricto del sujeto para asegurar el mantenimiento de sus funciones vitales: respiración (oxigenación y, a menudo, ventilación asistida) y circulación sanguínea (rehidratación, lucha contra un colapso). El paciente es alimentado artificialmente por perfusión o por tubo digestivo. Los cuidados de enfermería están dirigidos a prevenir complicaciones derivadas del reposo en cama (úlceras por presión), proteger los ojos, etc. Los tratamientos médicos específicos permiten luchar contra el edema cerebral, prevenir o tratar las convulsiones y prevenir las complicaciones tromboembólicas mediante el tratamiento anticoagulante.

Pronóstico

El curso de un coma es extremadamente variable. En última instancia, su pronóstico depende en gran medida de su causa: la intoxicación por fármacos a menudo progresa favorablemente en ausencia de complicaciones y anoxia cerebral. La edad condiciona particularmente el resultado de los comas traumáticos (desarrollo más favorable en los heridos más jóvenes). El pronóstico de los comas prolongados es malo, excepto cuando se deben a un traumatismo craneoencefálico (entonces se pueden observar despertares tardíos). Los datos de las exploraciones neurológicas de los primeros días (reactividad, pupilas, reflejos, etc.) permiten en ocasiones aproximar las posibilidades de recuperación.

Un sujeto puede permanecer en coma profundo durante varios meses o incluso años con poca o imperceptible actividad cerebral (estado vegetativo crónico). Por otro lado, cualquier lesión del tronco encefálico provoca una alteración de las funciones vitales (respiración, en particular) que conduce con mayor frecuencia a un coma pasado.

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