Criptococosis – causas, transmisión, síntomas y tratamiento – Enfermedades

LA criptococosis, también conocido como torulosis, Blastomicosis europea o Enfermedad de Busse-Buschke, es una enfermedad infecciosa causada por un hongo, diseminada por todo el mundo, que afecta a mamíferos domésticos, como perros y gatos, animales salvajes y al hombre.

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Cryptococcus neoformans

Esta enfermedad es una micosis sistémica, que puede variar de subaguda a crónica. El agente etiológico de esta enfermedad es el Cryptococcus neoformans, que está presente en frutos, mucosa oronasal de animales, piel de animales y humanos, y especialmente en suelos contaminados por excrementos de aves, permaneciendo viable hasta por dos años.

Hasta el día de hoy se conocen cinco serotipos de este hongo: A, B, C, D y AD. Estos se dividen en tres variedades:

  • C. neoformans, variedad neoformans (serotipos A, AD, D): está relacionada con fuentes ambientales como suelos contaminados con excrementos de aves;
  • C. neoformans, variedad grubii (serotipo A);
  • C. neoformans, variedad gatti (serotipo B y C): existe la hipótesis de que esta variedad habría llegado a diferentes partes del mundo a través de la diseminación de semillas de Eucalyptus camaldulensis, de Australia, debido al micelio dicariótico que contiene. Las estructuras que se encuentran en las flores de este árbol funcionan como hospedadores del hongo y su asociación biotrófica. Sin embargo, se ha observado la presencia de este hongo en otros árboles; también se ha aislado en: excrementos de murciélagos, huecos de árboles, colmenas de avispas.

La infección por este agente suele ser transmitida por el aire, a través de la inhalación de esporas de este hongo, resultando en una infección primaria del sistema respiratorio, afectando principalmente a la cavidad nasal. Después de la infección, el C. neoformans puede diseminarse a través de la circulación sanguínea o linfática.

La patogenia causada por este hongo dependerá de factores divididos en dos grupos: uno relacionado con las características de establecimiento de la infección y capacidad de supervivencia en el hospedador, y el segundo relacionado con factores de virulencia, reflejando el grado de patogenicidad.

Este hongo tiene tropismo para el sistema nervioso central, normalmente se manifiesta como meningitis criptocócica en el ser humano, siendo el principal responsable de este factor y de la caída de la inmunidad celular. Sin embargo, otros tejidos pueden verse afectados y la respuesta del tejido varía mucho. En las personas inmunodeprimidas, suele haber crecimiento de masas gelatinosas del C. neoformans en los tejidos. Cuando existe una inmunosupresión grave, la infección se propaga a la piel, los órganos parenquimatosos y los huesos. En individuos inmunocompetentes o con enfermedades crónicas, se produce una reacción granulomatosa.

Como los humanos, los animales más afectados son los inmunosuprimidos. Los factores que se asocian a la criptococosis en animales son: debilidad, desnutrición, uso prolongado de corticoides y determinadas infecciones virales.

sintomas Las características de esta enfermedad se pueden dividir en cuatro síndromes principales, que pueden estar asociados o aislados en un mismo individuo:

  • síndrome respiratorio: Hay estertores respiratorios, secreción nasal (mucopurulenta, serosa o sanguinolenta), disnea inspiratoria y estornudos. Este síndrome se presenta con mayor frecuencia en gatos domésticos, observándose en estos animales la formación de masas firmes o pólipos en el tejido subcutáneo, especialmente en la región nasal (“nariz de payaso”); los perros pueden tener tos.
  • síndrome neurológico: el sistema nervioso central y los ojos son los más afectados. Este síndrome se manifiesta en los perros como meningoencefalitis y los síntomas dependen de la ubicación de la lesión. Generalmente se observa depresión, desorientación, vocalización, disminución de la conciencia, ataxia, caminar en círculos, espasmos, paresia, paraplejía, convulsiones, anisocoria, dilatación de la pupila, disminución de la visión, ceguera, sordera y pérdida del olfato.
  • síndrome del ojo: los signos clínicos observados con mayor frecuencia son uveítis anterior, coriorrenitis granulomatosa, hemorragia retiniana, edema papilar, neuritis óptica, midriasis, fotofobia, blefaroespasmo, opacidad corneal, edema inflamatorio del iris y / o hipema y ceguera.
  • síndrome de piel: ocurre especialmente en felinos, y las lesiones cutáneas se encuentran principalmente en la cabeza y el cuello de estos animales. Estas lesiones corresponden a ulceraciones, que pueden estar en el hocico, lengua, paladar, encías, labios y patas.

En cuanto a la enfermedad en humanos, el serotipo A es el más frecuente en Brasil, caracterizándose por un marcado dermotropismo. Cuando hay criptococosis sistémica, las lesiones cutáneas se observan en el 10-15% de los casos. La criptococosis cutánea primaria es más rara, pero puede ocurrir en casos de inoculación directa del hongo en la piel.

O diagnóstico se puede realizar a través de diversas pruebas de laboratorio. Sin embargo, la más utilizada es la búsqueda del antígeno polisacárido circulante en suero y líquido cefalorraquídeo, identificado mediante pruebas de látex. En humanos, el diagnóstico auxiliar se puede realizar mediante una prueba de lectura tardía intradérmica, utilizando criptococina (antígeno péptido-polisacárido). El diagnóstico definitivo se obtiene con base en la identificación del agente mediante citología y cultivo de fluidos corporales (exudado nasal, líquido cefalorraquídeo), además de tejidos, piel, uñas y ganglios linfáticos.

En el tratamiento en humanos inmunocompetentes e inmunodeprimidos en infecciones diseminadas, se utiliza anfotericina B, junto con 5-flucitosne, o fluconazol e itraconazol, como alternativa para el tratamiento de infecciones cutáneas. En el tratamiento de animales, se recomienda la administración de agentes antifúngicos sistémicos, como anfotericina B, fluocitosina, ketoconazol, itraconazol, fluoconazol, solos o en combinación. Sin embargo, la administración de anfotericina B, fluocitosinab y ketoconazol para el tratamiento del síndrome neurológico no conduce a resultados satisfactorios, ya que no alcanzan concentraciones efectivas sin efectos secundarios.

La estrategia principal para el control de la criptococosis es la implementación de acciones para el control de la población de palomas, que es la principal fuente de transmisión de esta enfermedad.

Fuentes:
http://periodicos.ufersa.edu.br/index.php/acta/article/viewDownloadInterstitial/699/310
http://adam.sertaoggi.com.br/encyclopedia/ency/article/001328.htm
http://www.mgar.com.br/zoonoses/aulas/aula_criptococose.htm
http://pt.wikipedia.org/wiki/Cryptococcosis

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