Cronómetro – Curiosidades –

Cronógrafo o cronógrafo es el nombre que se le da a un tipo específico de reloj que se utiliza para medir pequeños intervalos de tiempo, generalmente en milisegundos. El término, aunque se usa para designar cualquier tipo de reloj, es una referencia común a dispositivos de mayor precisión.

El primer dispositivo se construyó en el siglo XVIII como equipo que podía ayudar a la navegación. Su uso permitiría determinar rutas marítimas más seguras y precisas. Una vez aceptados como instrumentos marinos, se introdujeron mejoras en los cronómetros, de modo que los modelos gradualmente se volvieron muy compactos y precisos, similares a los cronómetros de competición modernos.

Hasta finales del siglo XVIII, el instrumento utilizado para determinar las rutas marítimas era el cuadrante, que proporcionaba la ubicación de un barco en función de la posición relativa de las estrellas. Para ello, fue necesario que las observaciones se realizaran a intervalos de doce horas; otra alternativa fue utilizar tablas que indicaran la ubicación de la embarcación según la hora del día.

Los relojes de péndulo de la época funcionaban satisfactoriamente sólo en tierra firme. En el mar, los cambios bruscos de temperatura combinados con el vaivén provocado por las olas afectaron gran parte de la regularidad de los movimientos del péndulo, provocando importantes errores en la medición del tiempo. Los errores obstaculizaron el establecimiento de la ruta, que a menudo desembocó en graves accidentes, como el de 1714, en las Islas Sorlingas, cerca de Inglaterra, en el que murieron dos mil personas. Para evitar más tragedias, la alternativa natural era desarrollar un reloj capaz de funcionar a bordo de un barco y cuya posición se pudiera calcular mediante tablas especiales.

John Harrison, un relojero de Yorkshire, conocido por la precisión de los aparatos que construyó y las mejoras que había realizado en los mecanismos pendulares tradicionales, desarrolló su primer modelo marino en 1735. Sus modelos posteriores, H2, H3 y H4, fueron decisivos el desarrollo del cronómetro que conocemos, incluso ganando un premio de £ 20,000 del gobierno británico. El H4, por ejemplo, trajo muchas de las ideas que todavía se utilizan hoy en día en la construcción de relojes. Mucho más pequeño y más preciso que sus predecesores, tenía el tamaño de un reloj despertador ordinario, y tenía un sistema de resorte llamado “remontoire”, que permitía compensar las variaciones en la tensión proporcionada por el resorte de cuerda, otro muy dispositivo reproducido, esta vez en relojes de automóviles. A pesar de la gran precisión de estos cronómetros, hasta el siglo XIX el uso de estos dispositivos quedó restringido a la navegación, ya que su elevado coste de construcción no justificaba su uso para otros fines.

Bibliografía:
Breve historia de las invenciones. São Paulo: Abril SA Cultural e Industrial, 1976.


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