Deriva genética – Biología –

La evolución consiste en el cambio de poblaciones de organismos a lo largo del tiempo, con tres mecanismos principales que modifican la composición genética de una población y provocan cambios evolutivos: selección natural, flujo de genes y deriva genética.

A diferencia de la selección natural, que en cierto modo sigue un camino dirigido –en el sentido de que tiende a fijar los genes adaptativos y eliminar los nocivos–, la deriva genética se produce completamente por casualidad.

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Pensemos en lo siguiente: en cualquier población, algunos individuos pueden, por casualidad, dejar más descendencia (y, en consecuencia, genes) que otros, lo que hace que la diversidad genética cambie de generación en generación de manera aleatoria; básicamente, esto es deriva genética.

Consecuencias de la deriva genética

Uno de los efectos de este proceso es la reducción de la diversidad genética de la población. Esto es problemático, ya que reduce la capacidad de las poblaciones para adaptarse en respuesta a los cambios ambientales, ya que no hay «materia prima» (variación) sobre la que actuar la selección natural. En poblaciones pequeñas los efectos de la deriva son más drásticos, ya que las posibilidades de que un gen en particular desaparezca para siempre son mayores, aumentando su riesgo de extinción. Además, la deriva genética también puede contribuir a la formación de nuevas especies si, por ejemplo, una población pequeña y aislada diverge de la población original debido a la deriva.

¿Cómo sucede?

Dependiendo de las circunstancias y el momento de la historia evolutiva de una población, la deriva genética puede ocurrir de diferentes maneras. Dos ejemplos son el efecto fundador y el efecto cuello de botella.

Efecto fundador

El efecto fundador ocurre cuando una nueva población está formada por pocos individuos, ya sea porque la población original se ha reducido drásticamente o porque algunos individuos han migrado a una nueva área. En ambos casos, la nueva población no tiene toda la variación genética de la población original, por lo que tiene una variación genética reducida. Este fenómeno explica, por ejemplo, la alta incidencia de enfermedades hereditarias en poblaciones humanas aisladas.

efecto cuello de botella

El efecto de cuello de botella ocurre cuando cambios repentinos en el medio ambiente, como desastres naturales y fragmentación del hábitat, reducen el tamaño de una población y, en consecuencia, la diversidad genética. Un ejemplo de este efecto es lo ocurrido con el urogallo de las praderas, un ave que vivía en las praderas del estado de Illinois, en Estados Unidos. La conversión de pastizales en cultivos y pastos a lo largo del siglo XIX redujo drásticamente sus poblaciones, llegando a menos de 50 individuos en 1993. Esto también redujo la diversidad genética y condujo a un aumento en la frecuencia de genes deletéreos. Como resultado, en comparación con otras poblaciones de la especie, las tasas de eclosión de huevos en las poblaciones de urogallo de Illinois fueron mucho más bajas, por debajo del 50 %.

Referencias:

Entendiendo la Evolución. IB-USP.

Reece, Jane B. et al. Campbell Biología. 10ª Edición. Porto Alegre: Artmed. 2015.

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