El nombre dermatomicosis, también conocido como «él tuvo» o tricofitosis, representa cualquier tipo de infección causada por hongos parásitos llamados dermatofitos.
Debido al estrecho contacto que mantienen los animales domésticos y los humanos, la dermatomicosis de estos animales representa importantes zoonosis. Esta enfermedad tiene una distribución mundial, siendo más común en climas tropicales y templados, especialmente en regiones cálidas y húmedas. Ataca a varias especies de animales, como bovinos, equinos, ovinos, porcinos, perros, gatos, aves, animales salvajes y al hombre.
Las pérdidas económicas directas de esta enfermedad son pocas, ya que se trata de una infección en partes superficiales del cuerpo, como la piel, las uñas y el cabello. Sin embargo, la agitación debida al picor que provoca provoca una disminución del aumento de peso.
La forma más común de contaminación es a través del contacto directo entre animales infectados y animales sanos, sin embargo, las esporas de hongos pueden estar presentes en varios lugares, como cercas, comederos y postes. Existe el desarrollo de la lesión en el extracto queratinizado, y la existencia previa de lesiones favorece el establecimiento de este hongo. Cuando se rompe la relación huésped-parásito, se presentan manifestaciones clínicas como alopecia, eritema, exudación, calor y descamación de la piel por la producción de toxinas y alérgenos. El proceso inflamatorio tiende a destruir el hongo, que buscará mejores condiciones de desarrollo en los bordes de la lesión. Así, tras un nuevo periodo de irritación e inflamación, se producirá un nuevo desplazamiento a la periferia, dando a las lesiones la apariencia de círculos definidos de alopecia y descamación.
El período de incubación puede variar de una a cuatro semanas. Las manifestaciones clínicas suelen ocurrir en la cabeza, el cuello y el perineo y, si no se inicia el tratamiento adecuado, puede extenderse a otras regiones del cuerpo. Las lesiones se caracterizan por ser circulares, circunscritas, con un diámetro que varía de 1 a 3 centímetros, pudiendo ser lampiñas o con presencia de una costra grisácea o pardusca. Inicialmente, la superficie debajo de la costra está húmeda y hemorrágica, pero después de que la costra ha caído sobre la lesión, está seca y sin pelo.
Generalmente, los hallazgos clínicos por sí solos son suficientes para hacer un diagnóstico. Sin embargo, su confirmación se puede realizar mediante pruebas de laboratorio, como: raspado, biopsia o cultivo de piel. Cuando se realiza un raspado de piel, se debe realizar en los bordes de las lesiones y enviar al laboratorio en sobres.
El tratamiento generalmente se realiza con medicamentos tópicos recetados por el veterinario. En el caso de afectar a un gran número de animales, como los rebaños, el tratamiento se basa en la pulverización o el baño con fungicidas. También es necesario que estos animales estén aislados; La desinfección debe realizarse con productos de amplio espectro, el medio ambiente y los utensilios utilizados en el manejo de los animales en cuestión. La buena ventilación y la luz solar también ayudan a minimizar la acción de las esporas.
Fuentes:
http://www.animalexotico.com.br/leAssunto.aspx?id=72
http://www.vallee.com.br/doencas.php/3/19
http://www.cnpgc.embrapa.br/publicacoes/doc/doc65/dermatomicose.html
http://pt.wikipedia.org/wiki/Dermatomycosis
http://www.canildellpropuppies.com.br/artigos-veterinarios/dermatopatias.html
http://www.engormix.com/dermatomicosis_caso_clinico_forumsview11918.htm