Desarrollo motor – psicomotricidad – Biología

LA psicomotricidad Es la ciencia que estudia la concepción del movimiento organizado e integrado, a partir de las experiencias vividas por el hombre. Esta ciencia se sustenta en tres bases: movimiento, intelecto y afecto.

¿Qué es?

desarrollo motor es el término designado para el proceso de cambio en el comportamiento, la postura y el movimiento de un individuo a lo largo de su vida. Este proceso está influenciado por el conjunto de características genéticas, relacionadas con la predisposición al movimiento, y las vivencias de cada individuo. El movimiento surge de demandas intrínsecas (es decir, propias de cada individuo) y extrínsecas (es decir, externas, del entorno), y depende de complejas interacciones entre diferentes componentes y sistemas del cuerpo humano, principalmente neurofisiológicos y psicológicos.

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El desarrollo motor comienza poco después del nacimiento y se extiende durante varios años durante la niñez. Foto: Tipy_Pleydell / Shutterstock.com

Su desarrollo y perfeccionamiento están directamente relacionados con dos mecanismos principales, interconectados entre sí: el aprendizaje motor y el control motor. El primero corresponde a la capacidad del individuo para realizar una determinada tarea, mediante la producción o mejora de una habilidad motriz como resultado de una práctica extensiva y recurrente. Como resultado de este proceso sistemático, hay cambios permanentes en el comportamiento motor (es decir, producción, control y cambios en las actividades motoras) asociados con la experiencia. Ejemplos simples de habilidades motoras adquiridas a través del proceso de aprendizaje son los movimientos realizados al tocar un instrumento, practicar deportes o conducir un automóvil.

El control motor, por otro lado, resulta de la integración de información sensible (es decir, visión, tacto, olfato, oído, gusto) con el sistema nervioso central y el comportamiento motor. Con esto, el sistema nervioso logra dirigir qué músculos se deben utilizar en la ejecución de un movimiento, su respectivo orden y velocidad, ya sean estos actos voluntarios o reflejos.

Los actos voluntarios corresponden a movimientos complejos y deliberados como, por ejemplo, extender la mano para tomar un vaso de agua; los reflejos, en cambio, son movimientos más simples y rápidos como, por ejemplo, sacar rápidamente la mano de una sartén caliente. Además de estos movimientos, el control motor también es responsable de la postura corporal, la contracción de los músculos individuales, la compensación de las extremidades y la disposición mecánica de huesos, músculos y articulaciones, antes del inicio de un movimiento (incluso durante el proceso de aprendizaje motor). Los movimientos rítmicos como caminar y masticar, que combinan características de actos reflejos y voluntarios, también están asociados con el control motor.

Si bien el aprendizaje, el control y el desarrollo motor son procesos relacionados, actúan en diferentes escalas de tiempo: el control motor ocurre en pequeños intervalos de tiempo, generalmente fracciones de segundos, mientras que el aprendizaje motor toma horas, días y/o semanas. Ambos procesos contribuyen al desarrollo motor, que se desarrolla a lo largo de los años, por lo que tienen distintas fases según el grupo etario del individuo.

Etapas del desarrollo motor

El desarrollo motor se puede dividir en cuatro fases. La fase motora refleja ocurre hasta los primeros cuatro meses de vida y se caracteriza por movimientos reflejos involuntarios, que forman la base para las siguientes fases del desarrollo motor.

La fase de movimientos rudimentarios es una de las más importantes para el desarrollo motor del individuo y se extiende durante los dos primeros años de vida del bebé. Durante este período se realizan los primeros movimientos voluntarios del individuo, que implican el control de los músculos de la cabeza, el cuello y el tronco, entre otros.

La tercera fase corresponde a los movimientos fundamentales, en la que el individuo realiza una variedad de movimientos estabilizadores, locomotores y manipulativos, y comprende el período comprendido entre los dos y los siete años de edad.

Finalmente, la fase de movimientos especializados se caracteriza por la realización de movimientos complejos. A partir de esta etapa se integran movimientos simples; por ejemplo, el acto de saltar comienza a desarrollarse en actividades más complejas como saltar la cuerda o practicar deportes como el voleibol y el baloncesto.

Referencias:

Cech, Donna J.; Martín, Suzanne Tink. Desarrollo de motores. En: Cech, DJ y Tink, S. (eds.), Desarrollo del movimiento funcional a lo largo de la vida-E-Book. Elsevier Ciencias de la Salud, p: 45-67. 2011.

Gallahue, DL; Ozmun CJ Comprender el desarrollo motor: bebés, niños, adolescentes y adultos. 3 edición São Paulo: Forte Editora, 2003.

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