Written by El determinismo es una corriente filosófica que dice que todos los factores dependen de un azar, es decir, determinado. En pocas palabras, significa que no hay elección ni libre albedrío, las situaciones están predeterminadas y no hay espacio ni posibilidad de cambio.
Somos seres humanos. Todos nosotros. Somos vertebrados, pertenecientes al Orden Primates, es decir, primates. Básicamente, los humanos, como diría Desmond Morris, son simios desnudos. Monos desnudos porque, comparados con nuestros “primos” más cercanos, como los chimpancés nuestros cuerpos son prácticamente lampiños. En tiempos prehistóricos, hubo varias especies pertenecientes al linaje humano, como Homo erectus, Homo habilis e incluso una especie, la Homo neanderthalensis que llegó a convivir con la especie humana actual, incluso existen varias hipótesis de que las especies se cruzaron entre sí, generando ejemplares híbridos. Actualmente solo una especie del género Homo existe, y eso es de lo que somos parte, el Homo sapiens.
Todos los humanos pertenecen a la misma especie, entonces, ¿por qué algunos se consideran superiores a otros? Foto: TheVisualsYouNeed / Shutterstock.com
El linaje de primates homínidos surgió en una región cercana al Medio Oriente, se extendió a toda África y de allí al mundo, colonizando casi todos los ambientes existentes mostrando una gran capacidad adaptativa. Así, luego de miles de años de presión selectiva, la especie humana se ha diversificado, generando todas las etnias que conocemos y algunas que lamentablemente ya no existen. Etnia y no raza. Biológicamente, las razas son el resultado de selecciones artificiales en especies hechas por nosotros los seres humanos, como las razas de perros que hemos creado. Los humanos tenemos etnias.
Si alguien pregunta, puede describir, basándose en arquetipos, un residente del norte de Europa, un nigeriano, un indio brasileño, un chino y un esquimal. Esto se debe a que estas poblaciones desarrollaron características a lo largo del tiempo que las hicieron únicas, distinguibles y esta es una de las mayores bellezas de la especie humana, su diversidad.
Brasil es un país sumamente privilegiado por dos factores: la diversidad de la naturaleza y la gente. Los brasileños originales, los indios, estaban aquí antes de la llegada de los portugueses, y tuvimos varios inmigrantes europeos, como los holandeses, italianos, alemanes, además de los portugueses ya mencionados. Además, uno de los períodos más terribles de nuestra historia, la esclavitud, trajo a nuestras tierras a diversas etnias negras. Esta mezcla de etnias hizo que el brasileño a lo largo de los años se convirtiera en un pueblo distinto, con características de pueblos diversos.
Después de leer toda esta información sobre la especie humana, intente responder la siguiente pregunta: si todos somos parte de una especie, somos descendientes de los mismos linajes ancestrales, ¿por qué algunos se sienten con derecho a sentirse superiores a otros?
Difícil de responder, ¿no? La última oración de la pregunta es uno de los principios rectores de lo que llamamos determinismo biológico. El determinismo biológico, asociado con lo que conocemos como darwinismo social, fue creado para justificar por qué algunos grupos étnicos deberían ser considerados superiores a otros. El determinismo biológico se utilizó como justificación de varias situaciones tenebrosas en la historia de la humanidad, como el nazismo, donde Adolf Hitler predicó la superioridad de la «raza aria» sobre otras. El determinismo biológico se basa en una serie de estereotipos, por ejemplo: todos los asiáticos tienen una inteligencia superior a la media, los negros son mejores en los deportes y los europeos son culturalmente más altos.
Estos estereotipos se utilizaron como una forma de dominación social con el falso pretexto de la argumentación científica. Un caso famoso de intentos de validar el determinismo biológico es el del médico y anatomista alemán Franz Joseph Gall, quien en el siglo XIX creó la frenología, una pseudociencia que utilizaba caracteres físicos craneales para determinar el carácter, la personalidad y el potencial de criminalidad. Basándose en mediciones craneales, Franz afirmó poder determinar si una persona tenía el potencial de cometer un delito o no. Esta teoría sirvió para justificar muchas barbaridades y consolidar la “superioridad” que ejercía la etnia blanca sobre las demás.
La ciencia se basa en un método cuidadoso y utilizar argumentos falsos para tratar de combatirla o cimentar los prejuicios es poco ético e inmoral. Todos somos humanos, miembros de una misma especie que tenemos una gran diversidad cultural y física, lo que solo nos hace más interesantes.
Para profundizar: Jared Diamond es un biólogo con una vasta producción literaria y uno de sus libros muy interesantes se llama “Armas, gérmenes y acero” donde recopila varias hipótesis (geográficas, ambientales, biológicas) de cómo los europeos se extendieron y “conquistaron” el mundo y no al revés.
Referencias:
Macedo, CCQ (2016). La influencia de la frenología en el Instituto Histórico de París: raza e historia durante la Monarquía de julio (1830-1848). Humanidades en diálogo, 7127-145.
