Dinastía Flavia – Historia –

La figura de Nerón (último emperador de la dinastía Julio-Claudio) frente al Imperio Romano tuvo graves consecuencias en Roma: la crisis financiera y en la administración del Imperio fueron los principales problemas que tuvo que afrontar la dinastía sucesora. LA Dinastía flavia gobernó el Imperio Romano entre el 69 y el 96 d.C., lo que marcó un período de estabilidad y tranquilidad en Roma. El primer emperador de esta dinastía fue Vespasiano, que gobernó el Imperio durante diez años, entre el 69 d.C. y el 79 d.C. Entre sus principales características se encuentran la dedicación al trabajo y la negación del lujo, que fue valorada positivamente y fue importante para restaurar la fe en la autoridad del Emperador. Es importante resaltar que esta dinastía llegó al poder en un contexto convulso, luego del caos dejado por Nerón en 68, y las amenazas de varias revueltas de tropas que luchan contra los judíos en diferentes regiones.

Vespasiano (69-79 d.C.)

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Busto del emperador Vespasiano. Foto: Gilmanshin / Shutterstock.com

En este escenario surge Vespasiano como líder político y militar. Lo habían enviado para sofocar una revuelta judía. Vespasiano era jefe del ejército que luchaba contra los judíos y se distinguió en la misión, siendo consagrado emperador fuera de Roma, reconocido por el senado en diciembre del 69 d.C. Antes de él, otros líderes llegaron al poder después del fin del gobierno de Nerón, pero no lograron mantener el Imperio. . Vespasiano estaba en Alejandría, Egipto, cuando sus propias tropas lo declararon emperador de Roma. El período de su gobierno estuvo marcado por la recuperación de Roma, sacudida política y económicamente después del gobierno de Nerón. Vespasiano también reorganizó la administración del Imperio, renovando el Senado y sacando de él elementos considerados perjudiciales. Usó los asientos del senado para promover a los miembros de la oficina de las principales familias aristocráticas romanas. Una de sus principales obras fue la construcción del Coliseo, lo que le valió también el apoyo de los plebeyos.

Tito (79-81 d.C.)

Busto del emperador Tito. Foto: DerHexer / vía Wikimedia Commons / CC-BY-SA 3.0

Tito, hijo de Vespasiano, gobernó el Imperio Romano entre el 79 d.C. y el 81 d.C. Su gobierno duró poco y tuvo que enfrentarse a unos graves problemas que sacudieron a Roma: el fuego sobre Roma, la erupción del Vesubio y una plaga que castigó al Imperio Romano. Después de su muerte en el 81 d. C., el Imperio fue gobernado por Domiciano, hermano de Tito.

Domiciano (81-96 d.C.)

Busto del emperador Domiciano. Foto: Tupungato / Shutterstock.com

Su gobierno duró desde el 81 hasta el 96 d. C., los últimos años de la dinastía Flavia en el poder. Domiciano fue un emperador que trabajó por el mantenimiento del orden y la estabilidad en la administración imperial. Invirtió en agricultura y educación y buscó reconstruir edificios y templos que fueron dañados por desastres naturales durante el Imperio de Tito. Sin embargo, otra característica suya fue la responsable de ganar antipatías: Domiciano era autoritario y comenzó a perseguir a quienes conspiraban contra su gobierno, especialmente a los miembros del Senado. Las persecuciones y los asesinatos se hicieron comunes no solo contra los enemigos del Imperio, sino también contra los cristianos. Una conspiración interna del Imperio lo tomó del poder en el 96 d.C., poniendo fin a la dinastía Flavia y comenzando la dinastía Nerva-Antonina.

Los años del 69 al 96 d. C. estuvieron marcados por una cierta estabilidad, cuando los miembros de la dinastía Flavia estaban a la cabeza del Imperio. Este período fue conocido como la Edad de Oro del Imperio Romano, que comenzó con Vespasiano, pero duró más allá de la permanencia de la dinastía Flavia en el poder. El período de relativa estabilidad y prosperidad se extendió hasta el 192 d. C., es decir, hasta el ascenso al poder de la dinastía severa.

Referencia:

GIORDANI, Mario Curtis. Historia de Roma: Antigüedad clásica II. Petrópolis, Ed. Voces, 2001.

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