Diplomacia brasileña en la década de 2000 – Historia

Desde su independencia, Brasil ha tenido un perfil pacífico y una buena relación en lo que respecta a asuntos diplomáticos internacionales. Fue solo durante los períodos de la Guerra Mundial y las dictaduras que el posicionamiento del país rompió las relaciones con otros Estados. Durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, el país se declaró en contra del grupo formado y dirigido por los alemanes. Sin embargo, en el primer conflicto, la participación brasileña fue muy lejana, sólo en el segundo participó efectivamente en el enfrentamiento, aun así, llegando a su etapa final. La ruptura de las relaciones diplomáticas con los países aliados de Alemania solo duró incluso en los años de guerra, tan pronto como terminaron, se restablecieron las relaciones. Otro período en el que Brasil dejó de relacionarse diplomáticamente con otros países fueron los dictatoriales. En el primer caso ocurrió durante el Estado Novo y el gobierno de Vargas, pero en esta situación hubo mucha influencia de la Segunda Guerra Mundial. El segundo y más largo caso, la Dictadura Militar, es más expresivo, ya que Brasil se alineó con el bloque de países capitalistas. Las relaciones con los países socialistas se suspendieron durante muchos años, hasta el regreso de la democracia en Brasil.

La década de los noventa permitió una notable evolución de la política exterior brasileña. Con el fin de la Guerra Fría y el fin del período autoritario de los militares, el país volvió a ser pacífico en sus relaciones internacionales. el gobierno de Fernando Henrique Cardoso insertó a Brasil en el modelo neoliberal de globalización y consolidó la idea de que el país debe insertarse en este nuevo escenario internacional, permitiendo una amplia apertura a los flujos comerciales y financieros. Sin embargo, a finales de la década, el gobierno tomó una postura crítica sobre el proyecto propuesto por Estados Unidos para la integración comercial en todo el continente, el llamado ALCA. Esto movilizó a la opinión pública y entró en la agenda de discusión por los amplios beneficios que podría traer a Estados Unidos y, en consecuencia, las desventajas brasileñas de ser signatario del proyecto. En lugar del ALCA, al final del segundo período presidencial de Fernando Henrique Cardoso y principios de la década de 2000, se esbozó la idea de establecer un bloque comercial sudamericano.

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LA La diplomacia brasileña en la década de 2000 expandido a través del gobierno del presidente Luiz Inacio Lula da Silva. Esto dio una nueva dimensión a las relaciones internacionales y reforzó el desempeño del país. En lo que respecta a la integración sudamericana, colocó a Brasil en una posición destacada entre las potencias emergentes del Sur. Para el mundo, lo incluyó en organismos internacionales con fuerte presencia. Así, se puede decir que la política exterior de la primera década del siglo XXI se construyó sobre una nueva matriz de inserción internacional, que busca profundizar la integración regional en América del Sur y retomar la tradición multilateral de las relaciones brasileñas.

Esta diplomacia relevante para el inicio del nuevo milenio consiste en alianzas y alianzas estratégicas flexibles que combinan diferentes actores y escenarios según intereses. La acción diplomática se expresa de forma bilateral, multilateral y regional. Durante la década de 2000, Brasil asumió el estatus de país destacado en el Mercosur, en gran parte debido a su política interna de desarrollo económico. Si bien se dice que la pretendida integración en el Mercosur es decepcionante, Brasil es el país que fortalece al grupo a nivel internacional.

La diplomacia brasileña tuvo los derechos y la capacidad de mercado de Brasil reconocidos ante la Organización Mundial del Comercio, lo que permitió al país más respeto y menos desigualdades comerciales. Asimismo, Brasil se hizo más presente y con una representación significativa en las Naciones Unidas. La tradicional relación multilateral brasileña en los asuntos internacionales le permitió al país hacer negocios con Estados Unidos y países europeos y, al mismo tiempo, con el autoritario gobierno iraní. Nos guste o no, esta situación demuestra la autonomía de la diplomacia brasileña y la representatividad que logró durante los gobiernos de Fernando Henrique Cardoso y Luiz Inácio Lula da Silva, que llevaron al país a la posición de sexta economía del mundo.

Fuentes:
http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0102-88392002000100005
http://www.snh2011.anpuh.org/resources/anais/14/1308186318_ARQUIVO_ARTPEBNOVAMATRIZLULAANPUH2011c.pdf
http://revistaseletronicas.pucrs.br/ojs/index.php/civitas/article/viewFile/9/1602

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