El primer trabajo para construir una tabla de frecuencias es la elección de clases.
Al usar variables discretas, debemos unir dos o más clases en una. Por ejemplo, en el censo de autos por familia en la ciudad de Campo Grande, las clases serán: 0, 1, 2, …, n. Donde n es la mayor cantidad de automóviles por familia. Si las clases 0 y 1 son muy frecuentes, debemos fusionarlas entonces las clases serán: 0-1, 2-3, …, n.
Cuando se trata de variables continuas, las clases deben elegirse al azar. La elección depende del número total de observaciones, el rango de variación y la precisión requerida en los cálculos.
Cabe señalar que a mayor número de clases, mayor error en el análisis estadístico. Luego puede hacer clases con pequeñas amplitudes, pero puede aumentar excesivamente el número de clases (de 10 a 20 clases es un número aceptable).
Las clases deben ser mutuamente excluyentes (un valor de clase excluye al otro) para que no haya dudas sobre la ubicación de los datos. Se deben definir clases (clases inaceptables como “50 o más”).
El centro de la clase es el medio de los límites de la clase. Los centros de clase y sus frecuencias se utilizan en cálculos de estadística descriptiva. También proporcionan los elementos para organizar los gráficos como el histograma, el polígono de frecuencias y la ojiva.