El día está rompiendo –

Drama realista de Marcel Carné, con Jean Gabin (François), Jacqueline Laurent (Françoise), Arletty (Clara), Jules Berry (Valentin), Mady Berry y René Génin (los conserjes), Jacques Baumer (el comisario).

  • Guión: Jacques Viot
  • Fotografía: Corriente corta
  • Decoración: Alexandre trauner
  • Música : Maurice Jaubert
  • Ensamblaje: René Le Hénaff
  • Producción: Sigma
  • País : Francia
  • Fecha de lanzamiento : 1939
  • Su : en blanco y negro
  • Duración : 1 h 25

Abstracto

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Un edificio de gran altura en una plaza corriente en los suburbios parisinos. En una habitación bajo el techo, dos hombres se pelean violentamente. Se produce un disparo. François, un trabajador de una empresa de pintura, acaba de matar a Valentin, un despreciable adiestrador de perros. La policía interviene y rodea el edificio. François hablará de los episodios recientes de su vida que lo llevaron a conocer a Françoise, una joven empleada de una floristería. Más tarde se enterará de que Valentín era sin duda el amante de Françoise y conocerá a la antigua amante del entrenador, Clara, quien le mostrará su afecto. François, cansado, despierta su despertador porque trabaja muy temprano. Fue entonces cuando vino Valentín a provocarlo en su casa… La policía despejó el lugar y arrojó botes de gas lacrimógeno en el apartamento, pero François ya se había disparado en el corazón.

Observación

El hechizo del realismo poético

Este guión original de Jacques Viot, adaptado y comentado por Jacques Prévert, permitió a Marcel Carné producir la obra maestra de la escuela del “realismo poético” de preguerra. La acción transcurre en una noche, desde el asesinato hasta el asalto de la policía, por la mañana, y Jean Gabin ofrece un rostro llamativo de trabajador soltero, brusco y sentimental, encerrado en su habitación amueblada, y como encerrado en su tumba. Toda la historia está construida por hábiles flashbacks que nos permiten descubrir las etapas del idilio romántico entre François y el joven florista. François, en su habitación, está rodeado de objetos: un osito de peluche, un broche, fotos, mangueras de bicicleta, etc. – cuyo desarrollo narrativo ofrecerá el significado realista y simbólico al espectador.

Marcel Carné dirigió particularmente bien a los cuatro actores principales de este drama y realizó un trabajo asombroso sobre el timbre de la voz de Gabin que murmura tímidamente cuando se dirige a Françoise, se expresa con resignado cansancio en el rostro a Clara y aúlla de rabia que ha sido contenida. durante demasiado tiempo («Te vas a callar, callar … ¡Te vas a callar!») frente al cínico adiestrador de perros, interpretado por Jules Berry mucho más sobrio de lo habitual, a pesar de un papel de sinvergüenza pobremente matizado.

Pero el éxito del conjunto se debe al reencuentro de un equipo magistral, y el clima de embrujo propio de la película nace de una estrecha ósmosis entre los leitmotifs musicales de Maurice Jaubert que acompañan a las lentas disoluciones, la luz crepuscular de Curt Courant y más esencialmente aún, la asombrosa decoración de Alexandre Trauner, enteramente reconstruida en estudio, verdadera quintaesencia del urbanismo popular parisino de antes de la guerra.

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