el nacimiento de una nación

El nacimiento de una nación

Película histórica de David Wark Griffith, con Henry B. Walthall (Ben Cameron), Mae Marsh (Flora Cameron), Miriam Cooper (Margaret Cameron), Spottiswoode Aitken (Dr. Cameron), Ralph Lewis (Austin Stoneman), Lillian Gish (Elsie ), su hija mayor), Elmer Clifton, Jammie Lee, Robert Harron, Marie Alden, Tom Wilson, Wallace Reid, Raoul Walsh, Donald Crisp.

  • Guión: David Wark Griffith, Frank Woods, después de Thomas Dixon
  • Fotografía: George «Billy» Bitzer, Karl Brown
  • Decoración: FH Wortman
  • Música : JC Breil, DW Griffith
  • Ensamblaje: J. Smith
  • Producción: DW Griffith y Harry E. Aitken (Epoc Producing Corp.)
  • País : Estados Unidos
  • Fecha de lanzamiento : 1915
  • Duración : 3.360 m (alrededor de 2 h 40)

Abstracto

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La Guerra Civil separó a dos familias sureñas amistosas: los Stoneman, leales a la Unión, y los Cameron, secesionistas. Tras la caída de Atlanta, Ben Cameron, prisionero de su amigo Phil Stoneman (cuyo padre es consejero de Lincoln), se enamora de su hermana, Elsie, que es su enfermera. La menor de los Cameron, Flora, se suicida para no ser violada por un negro que alguna vez fue esclavo. Para vengarla, Ben Cameron (a quien Lincoln le salvó la vida y el honor) rompe con Elsie y participa en la fundación de lo que será el Ku Klux Klan. Batalla final entre una tropa anárquica de negros que asedia a Cameron y los jinetes de Ben (a los que se unen in extremis norteños!). Old Stoneman lamenta el pasado: ese «melodrama perverso» (Griffith dixit) termina con una visión de paz universal.

Observación

¿Una pieza de museo?

En ese momento, esta película provocó tanto un resurgimiento del racismo en el sur (un resultado no deseado por Griffith) como una exaltación de esa unidad nacional que Lincoln había querido no racista. Transmite ideologías contradictorias, que no son más que de interés histórico, y que pasaron desapercibidas en Europa en 1921. Su interpretación, además, es más estática (salvo algunos papeles secundarios) que la de otras películas de Griffith. Si sigue siendo una de las obras maestras del arte cinematográfico es por la destreza técnica y plástica allí acumulada: perfecta dirección de innumerables extras; animación de «grabados antiguos»; esquema de un desplazamiento lateral de la visión, con profundidad de campo; episodio de la batalla, donde se sigue continuamente el movimiento de los actores; por último, pero no menos importante, extensión del modelo del conjunto paralelo, en particular en la última bobina. La fotografía se ha mantenido famosa por su variedad y nitidez.

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