La hipertensión se puede caracterizar como una presión muy fuerte ejercida por la sangre que se mueve en la pared de las arterias.
Se considera hipertensión a una persona con presión arterial por encima de 14 por 9. La hipertensión no tiene cura, sin embargo, se puede controlar principalmente con la dieta y otras medidas que pueden ayudar a bajar la presión.
Debido al ajetreo y el bullicio de la vida cotidiana, no tenemos tiempo para evaluar en qué se basa nuestra dieta. Terminamos comiendo lo que es más práctico y no lo que es más saludable. Nos daremos cuenta de que podemos tener un problema cuando sintamos alguna molestia o malestar y por eso la hipertensión ya está instalada.
Algunos consejos importantes para bajar la presión arterial son:
– Bajar de peso ayuda a bajar la presión arterial;
– Reducir el consumo de sal;
– Practica ejercicios físicos;
– Evite las bebidas alcohólicas;
– No fumar;
– Consumir alimentos ricos en potasio, magnesio y calcio, además de frutas, verduras y productos lácteos magros (leche y productos lácteos);
– Sustituir la sal por especias naturales en la preparación de comidas, como ajo, cebolla, orégano, romero, perejil y cebollino.
– Evitar el consumo de alimentos ricos en sal como carnes procesadas (jamón, tocino, paio, chorizo, salami), queso parmesano, condimentos listos (aliskus, de temporada, caldo y extracto de carne y pollo), ketchup, mostaza, mayonesa, patés. snacks procesados, fritos (coxinha, pastel), sopas empaquetadas y aderezos listos para ensalada.
Con todas estas precauciones, es muy probable que la presión arterial se mantenga estable y que la persona hipertensa lleve una vida normal.
Fuentes
SALGADO, Jocelem Mastrodi SALGADO, Prevenga Enfermedades, Haga de su comida su medicina, São Paulo: Editorial Madras, 2002.