Encefalomielitis diseminada aguda – Enfermedades

LA encefalomielitis diseminada aguda (EMDA) consiste en un raro trastorno desmielinizante monofásico del sistema nervioso central, que afecta principalmente a niños en la fase prepuberal.

Esta enfermedad suele surgir después de una infección viral. Sin embargo, también puede aparecer tras una vacunación, infección bacteriana o parasitaria, o incluso puede aparecer sin una causa aparente.

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Se estima que afecta a 8 de cada 1.000.000 de personas al año. Aunque puede afectar a personas de todas las edades, predomina en los niños, entre los 5 y los 8 años.

Las manifestaciones clínicas aparecen rápidamente e incluyen fiebre, fatiga, dolor de cabeza, náuseas y vómitos y, en casos más graves, también puede haber convulsiones y coma.

Esta patología suele provocar daños en la sustancia blanca del cerebro, dando lugar a síntomas neurológicos, como pérdida de visión, por inflamación del nervio óptico, que puede ser unilateral o bilateral; y debilidad, que también puede convertirse en parálisis y dificultad para coordinar los movimientos musculares voluntarios.

El diagnóstico se realiza mediante el cuadro clínico y la historia, junto con pruebas de imagen, como la resonancia magnética, capaces de mostrar cambios en la sustancia blanca del cerebro, región del sistema nervioso central donde se encuentran las fibras nerviosas. situado.

Además, también se puede realizar una prueba de líquido cefalorraquídeo (LCR), recogida mediante punción lumbar. Se puede realizar cultivo o verificación del nivel de reacción de un agente específico en el LCR.

Inicialmente, EMDA se puede confundir con la esclerosis múltiple, ya que los síntomas y las lesiones en la sustancia blanca que se ven en los estudios de imágenes son similares en ambas enfermedades. Es necesario realizar el diagnóstico diferencial.

El tratamiento se realiza mediante la administración intravenosa de corticoides, seguida de la administración oral de los mismos, durante 5 a 7 días, disminuyendo gradualmente la dosis. Cuando estos medicamentos no mejoran la afección, la plasmaféresis o la terapia con inmunoglobulina intravenosa son otras opciones de tratamiento.

El pronóstico suele ser favorable, comenzando la mejoría a los pocos días de la implementación del tratamiento, con un período máximo de seis meses para la recuperación completa. Sin embargo, algunos pacientes pueden experimentar algunas secuelas, como deterioro cognitivo, debilidad, pérdida de visión o entumecimiento. Esta enfermedad rara vez conduce a la muerte.

Fuentes:
http://en.wikipedia.org/wiki/Acute_disseminated_encephalomyelitis
http://www.ninds.nih.gov/disorders/acute_encephalomyelitis/acute_encephalomyelitis.htm
http://my.clevelandclinic.org/disorders/acute_disseminated_encephalomyelitis_adem/hic_overview.aspx

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