Epicureísmo – definición

O epicureísmo fue una doctrina filosófica creada por el filósofo griego Epicuro (341-271 aC), el «profeta del placer y la amistad».

La filosofía epicúrea fue difundida por sus seguidores, entre ellos destaca Lucrecio, poeta latino (98-55 aC).

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Epicureísmo, hedonismo y estoicismo

Epicuro de Samos
Epicuro de Samos

En física, la característica principal del epicureísmo es la atomismo. En moral, la identificacin del bien soberano como Placer, que se encuentra en la práctica de la virtud y en la cultura del espíritu.

La doctrina de Epicuro reemplaza el bien por el placer y el mal por el dolor. La felicidad consiste en asegurarse con el máximo placer y el mínimo dolor, a través de la salud del cuerpo y del espíritu.

Este concepto difundido por Epicuro tiene sus raíces en el hedonismo. En otras palabras, dio lugar a una doctrina filosófica y moral basada en el «placer», la forma de obtener la felicidad humana.

En consecuencia, tanto la ética como la teoría política de los epicúreos se basaban enteramente en una base utilitaria.

En contraste con el estoicismo, no insistieron en la virtud como un fin en sí mismo, sino que enseñaron que el hombre debe ser bueno solo para aumentar su propia felicidad.

Negaban la existencia de la justicia absoluta y creían que las instituciones serían justas en la medida en que contribuyeran a la felicidad del individuo.

Mientras tanto, el epicureísmo divergió de Estoicismo. La corriente estoica afirmaba que todo el Universo estaba gobernado por una razón divina universal. Este orden define todas las cosas, donde todo surge de él y según él.

El estoicismo se basaba en una ética rigurosa, de acuerdo con las leyes de la naturaleza, y que el sabio se vuelve libre y feliz cuando no se deja esclavizar por pasiones y cosas externas.

Para los epicúreos, todas las sociedades complejas establecen ciertas reglas necesarias destinadas a mantener la seguridad y el orden.

Los hombres los obedecen sólo porque les conviene. Por tanto, el origen y la existencia del Estado se basan directamente en el interés individual.

En términos generales, Epicuro no concedió gran importancia ni a la vida política ni a la social. Consideró el estado como una mera conveniencia y aconsejó al hombre bien informado que no participara en la vida pública.

A diferencia del cinismo, no proponía al hombre el abandono de la civilización y el regreso a la naturaleza. Su concepción de la más feliz de las existencias fue esencialmente pasiva e indiferente.

Finalmente, para los epicúreos, el sabio se dará cuenta de que no puede erradicar los males del mundo, por agotadores y astutos que sean sus esfuerzos.

Por lo tanto, deben «cultiva tu jardín”, Para estudiar filosofía y disfrutar de la convivencia de sus pocos amigos, del mismo temperamento.

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