Epicuro

Epicuro – Biografía del filósofo griego

Considerado un filósofo griego del período helenístico, Epicuro de Samos Tuvo una obra tan influyente que provocó la construcción de varios y numerosos centros epicúreos en Egipto, más precisamente en Jonia. Su mayor impulsor fue Lucrecio, quien comenzó a difundir su filosofía en Roma en el siglo I.

Descendiente de padres atenienses, nació en la isla de Samos. Era el año 341 o 342 a. C. Según algunos estudiosos, el inicio de su interés por la filosofía se inició en su adolescencia. Su padre lo envió a Theos, ya que Epicuro no había estado de acuerdo con el pensador Panfilus, de su isla natal. En Teos tuvo los primeros contactos con la teoría atomista, predicada por Nausíphanes de Teos, discípulo de Demócrito de Abdera. Epicuro estudió y, después de algún tiempo, reformuló la teoría señalando algunos puntos con los que no estaba de acuerdo.

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Otro aspecto de la vida de Epicuro que se puede mencionar es la eterna oposición a la Academia y al Liceo, buscando una filosofía más práctica que correspondiera a su época. Además, predicó que para llegar a la certeza es necesario tener plena confianza en lo que fue en el pasado en pura sensación y, por tanto, en ideas que se forman en el espíritu, siendo estas el resultado de datos sensibles reconocidos por el facultades sensitivas del cuerpo.

Para Epicuro, el placer es el único fenómeno capaz de traer bienestar. Por pensar así, se le confundió con los hedonistas, quienes dicen que el placer es el comienzo y el final de una vida feliz. Sin embargo, Epicuro hace una distinción entre placer pasajero y placer estable. La primera sería alegría, felicidad. El segundo sería la ausencia total de dolor.

Epicuro dice que los sabios buscan el segundo placer, condenando los intentos impulsivos e indiscriminados de satisfacción personal. Según él, “ningún placer es en sí mismo un mal, pero ciertas cosas capaces de engendrar placeres traen consigo más males que placeres”.

Diógenes Laercio, uno de los más grandes estudiosos de la obra de Epicuro, atribuye al filósofo de Samos aproximadamente trescientos volúmenes de una obra escrita. Sin embargo, estos volúmenes se perdieron, solo quedaron tres cartas, una recopilación de refranes y una colección de frases morales.

Epicuro usó el Teoría atómica de Demócrito para justificar que el átomo era el elemento formador de todas las cosas y podía formar otros cuerpos, incluso con la muerte física. Reformuló la teoría en la que no estaba de acuerdo y enseñó que los átomos eran diminutos e indivisibles, y que el cambio y el desarrollo resultan de la combinación o separación de estas partículas. El propósito principal de las modificaciones especiales de la teoría atómica fue hacer posible la creencia en la libertad humana.

Si los átomos sólo fueran capaces de moverse mecánicamente, el hombre, formado por un átomo, quedaría reducido a la situación de un autómata y sería un fatalismo para la ley del universo. Epicuro, con este repudio de la interpretación mecanicista de la vida, probablemente estaba más cerca del espíritu helénico que Demócrito o el estoicismo.

Ideas principales

Epicuro dio lugar a la filosofía epicúrea, basada en la placer de la amistad. Epicuro no creía en la inmortalidad. La vida, dijo, era una tragedia. No somos hijos de Dios, vivimos y morimos por casualidad y después de la muerte no hay otra vida.

Dijo que era el deber del hombre hacer que la vida presente fuera lo mejor posible. Y el mejor tipo de vida era la vida del placer, no un placer turbulento sino un placer refinado. Cultiva la felicidad de la vida simple. Aprenda a disfrutar de lo poco que tiene y evite la emoción de desear más.

Cultiva un sentido del humor relajado, aprende a sonreír ante las locas ambiciones de tus amigos. También aprenda a ayudarlos con sus necesidades. Desarrollar el talento para adquirir amigos. No puedes ser más feliz que compartir tu felicidad con tus amigos. De todos los placeres del mundo, el más grande y duradero es la amistad.

Epicuro predicó la doctrina del egoísmo, una nueva forma de egoísmo: era un egoísmo ilustrado, basado en la regla del dar y recibir. Debemos dar placer para recibir placer. Usado en términos negativos, no debe infligir ningún daño. Vivir y dejar vivir. En otras palabras, la forma más sensible de ser egoísta es no ser egoísta. Ser tu mejor amigo, ser un buen amigo para los demás.

Epicuro se opuso a la Academia de Platón y al Liceo de Aristóteles, buscando una filosofía más práctica que correspondiera a su época. Fundó su propia escuela, llamada «Jardín», donde predicó una buena relación entre maestros y discípulos.

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