Especies superabundantes – Ecología –

Además de las especies invasoras, los ambientalistas y los estudiosos de la conservación biológica se han preocupado por otro fenómeno: especies superabundantes, que a pesar de ser nativas (no exóticas), tienen dominio sobre otras especies locales, comportándose como especies invasoras, creciendo y reproduciéndose incontrolablemente, provocando un desequilibrio ecológico.

Causas

Las acciones humanas bajo los ecosistemas naturales provocan una disminución de la cobertura vegetal, la fragmentación del hábitat y la extinción de especies. Actividades como la tala, los incendios, la formación de pastos para el ganado, los herbicidas, entre otros, tienen un impacto en el suelo y la vegetación. Cuando la flora pasa por el proceso de deforestación, por alguna de estas razones, puede regenerarse, comenzando en la etapa inicial de sucesión, con plantas que llamamos pioneras. Se trata de especies con características evolutivas que les permiten colonizar ambientes en condiciones adversas.

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A lo largo de la sucesión ecológica secundaria, la vegetación está siendo reemplazada gradualmente, gracias al papel ecológico de las plantas pioneras, que tienen estrategias para crecer en lugares altamente degradados, ciclar los nutrientes y ponerlos a disposición del suelo. Durante la sucesión, nuevas especies son capaces de desarrollarse, con las nuevas condiciones de ese medio, transformado por los pioneros, etc., hasta llegar a un bosque maduro, al que llamamos clímax. Algunas de estas especies pioneras, que se adaptan bien a mucha luz, viento, suelos más pobres, menos agua, se benefician en las primeras etapas y se reproducen mucho, llegando al punto de ser perjudiciales para el desarrollo de otras plantas.

La principal causa de la ocurrencia de especies sobreabundantes, son los cambios antrópicos, en los ambientes naturales. Lo mismo ocurre con la fauna, algunas especies animales de hábitos generalistas y oportunistas toleran variaciones en las condiciones ambientales y se desenvuelven bien en ambientes antropizados, con el aumento de sus poblaciones.

Consecuencias

Las especies dominantes tienen características que las benefician y las hacen mejores competidoras: obtención de nutrientes y fotosíntesis de manera más eficiente, alta tolerancia a perturbaciones y estrés ambiental, ciclo reproductivo rápido, fácil dispersión, altas tasas de crecimiento y capacidad de regeneración post-herbivoría, en el caso de las plantas .

Las consecuencias de la sobreabundancia de algunas especies es el desequilibrio ecológico. Por ejemplo, las enredaderas (plantas que necesitan apoyo para vivir) son plantas importantes en la composición, estructura y funcionamiento de los ecosistemas forestales, pero algunas especies se ven favorecidas por las perturbaciones humanas y se vuelven sobreabundantes. Su crecimiento desequilibrado impacta en la supervivencia de los árboles, provocando limitaciones en su crecimiento y reproducción. En áreas de sucesión secundaria, algunas especies de plantas trepadoras pueden dañar este proceso, requiriendo la necesidad de intervención humana, con manejo de especies, para la restauración forestal.

En fauna, las especies dominantes también tienen mayor capacidad de competencia por los recursos y éxito contra la depredación y las enfermedades. Un entorno distorsionado tendrá una fauna menos especializada, como menos aves frugívoras e insectívoras. Esto contribuye a una disminución en los servicios ecosistémicos proporcionados, reduciendo la tasa de dispersión de semillas, por ejemplo. Estos factores conducen a cambios en la dinámica y funcionamiento de las comunidades, con el empobrecimiento de la diversidad biológica.

Otro ejemplo son los depredadores de semillas antes y después de la dispersión. En ambos casos, el crecimiento de nuevas plantas se reduce, a través de las actividades de los animales que se alimentan de sus semillas, como hormigas, algunas aves y mamíferos. En zonas muy degradadas hay una disminución de animales grandes y medianos y un aumento de la población de animales pequeños, como roedores. En estos pequeños fragmentos, existe una sobreabundancia de pequeños roedores, lo que resultará en diferentes presiones sobre otras plantas, dificultando la supervivencia de algunas especies de flora.

Las especies sobreabundantes pueden llevar a una reducción de la diversidad biológica natural, cambiando la composición de las especies y sus abundancias relativas e incluso llevando a otras especies a la extinción.

Referencias:

http://cienciaecultura.bvs.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0009-67252009000100012&nrm=iso

https://www.tese.usp.br/tese/disponiveis/91/91131/tde-16042015-105326/publico/Vanessa_Jo_Girao_versao_revisada.pdf

https://www.unifal-mg.edu.br/ppgca/system/files/imce/Defesa/Disserta%C3%A7ao_MarianePZanatta.pdf

https://bdtd.inpa.gov.br/bitstream/tede/1946/5/Disserta%C3%A7%C3%A3o_Jos%C3%A9%20Guedes%20Fernandes%20Neto.pdf

https://revistapesquisa.fapesp.br/2018/02/15/as-engrenagens-da-floresta/

https://repositorio.unesp.br/bitstream/handle/11449/119178/galbiati_la_tcc_rcla.pdf?sequence=1

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