Estrés ambiental – Ecología –

Estrés ambiental puede entenderse como cualquier acción que perturbe el medio ambiente, provocando alguna alteración, que resulte en cambios químicos, físicos y biológicos en el medio.

La flora y fauna de un lugar determinado depende de un clima característico (lluvia, temperatura, luz, viento, etc.) y de un suelo específico (textura, nivel de nutrientes, topografía, disponibilidad de oxígeno, retención de agua, etc.). Los cambios en estos factores pueden provenir de causas naturales, como incendios, tormentas, volcanes, huracanes, etc; y pueden provenir de acciones humanas. Estos han sido la principal causa de perturbaciones en la naturaleza, dando lugar a perturbaciones como la contaminación de un curso de agua, contaminación del aire, cambios climáticos (que alteran las precipitaciones, humedad, viento, luz, etc.), introducción de especies exóticas, erosión del suelo. , agotamiento y / o compactación del suelo, que en consecuencia generan cambios en los ecosistemas, fragmentación y destrucción de hábitats, etc.

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Principales actividades que pueden degradar el medio ambiente: agricultura, ganadería, explotación maderera de recursos naturales, exploración petrolera, quema, construcción de carreteras, construcción civil, urbanización, navegación, etc.

Presa de relaves mineros, en medio de un bosque en Madagascar, provocando un claro estrés ambiental en la región. Foto: Roel Slootweg / Shutterstock.com

La deforestación es la causa más grave de amenaza para las especies en todo el planeta. La fragmentación del hábitat amenaza la existencia de especies, ya sea con cambios en factores físicos, químicos y biológicos, así como dificultando su dispersión y colonización. En consecuencia, habrá implicaciones para todo el ecosistema, con la pérdida de biodiversidad y servicios ecosistémicos. Otro factor puede ser la desertificación, debido al agotamiento del suelo, que conduce a la erosión y pérdida de la capacidad de retención de agua. La región semiárida del noreste y sur del país son las que más sufren la desertificación, por la presencia de animales criados por encima de la capacidad de sustento de ese medio, en la ganadería.

El segundo factor más impactante para la extinción de especies es la sobreexplotación de los recursos naturales. Esto ha sucedido desde que las civilizaciones se establecieron y comenzaron a crecer, incluso antes de la Revolución Industrial, cuando el hombre usaba plumas y pelo de animal en su ropa, en la captura de animales salvajes para recolectores, o incluso en la explotación de madera, como la madera de Brasil en el edad colonial. La extinción de especies impacta todo el ecosistema, provocando desequilibrios ecológicos.

Estrés más sutil, que no altera el paisaje de forma inmediata, pero a la larga tiene consecuencias: piragüismo en zonas de arrecifes de coral, ya que especies frágiles son atacadas por medios de transporte. La contaminación ambiental es una de las más sutiles, ya que ocurre todo el tiempo y no tenemos efectos inmediatos, como por ejemplo, la liberación de pesticidas (pesticidas, herbicidas, insecticidas, etc.) en suelo, agua, químicos, emisión de contaminantes de fábricas, automóviles y embarcaciones, erosión de taludes, alcantarillado industrial y doméstico, exceso de residuos, entre otros. Los plaguicidas, además de matar inmediatamente a algunos animales contaminados, pueden acumularse en organismos a lo largo de la cadena alimentaria, provocando daños a largo plazo, incluso a los seres humanos.

La contaminación de lagos, ríos y mares se realiza a través de la descarga de aguas residuales y basura, la cual está contaminada con pesticidas, desechos, metales pesados, derrames de petróleo, desechos industriales y domésticos, detergentes, etc. Gran parte de la proteína en los alimentos humanos proviene del medio acuático y el agua contaminada causa daños no solo a las comunidades acuáticas, sino a los humanos, con el fin del agua potable, una disminución en la fuente de alimento y enfermedades a través de animales contaminados.

El estrés ambiental puede ser localizado, lo que facilita la acción de restauración y mitigación, o sistémico, como en el agua, el aire y el suelo, y puede tener un alcance invaluable, causando efectos diversos y graves. Este es el caso del calentamiento global, por ejemplo, que afecta a especies de distribución limitada, con poca capacidad de dispersión, lo que conducirá al declive y extinción de muchas poblaciones.

Es importante que busquemos formas de tener el menor impacto posible en lo que queda en la naturaleza, comenzando por la educación y el desarrollo de la conciencia ecológica en las poblaciones humanas.

Referencias:

PRIMACK, Richard; RODRIGUES, Efraim. Biología de la Conservación. Londrina: E. Rodrigues, 2001.

Monteiro, JA; Estrés ambiental: consideraciones económicas. EMBRAPA, Minas Gerais, 1995.

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