Evolución de las plantas – Biología

Hay registros fósiles que datan de al menos 3.500 millones de años, que se encontraron en rocas en el oeste de Australia. Son fósiles de microorganismos filamentosos y relativamente simples que se asemejan a las bacterias modernas. Recientes teorías sobre el origen de los seres vivos en la Tierra apuntan a que los primeros seres surgieron a partir de moléculas orgánicas de un entorno aún hostil a la vida actual. Se cree que estas moléculas orgánicas fueron fuentes de energía para las primeras formas de vida en el planeta. A medida que la vida evolucionó, los organismos se volvieron más complejos, desarrollándose, reproduciéndose y transmitiendo características a las siguientes generaciones. El probable microorganismo que dio origen a los demás seres vivos fue unicelular, heterótrofo, procariótico y considerado de constitución simple, pues no existían orgánulos complejos como el aparato de Golgi o el retículo endoplásmico.

Sin embargo, la aparición de organismos autótrofos proporcionó la liberación de oxígeno a partir de la descomposición de las moléculas de agua durante la fotosíntesis y, por lo tanto, la transformación de la atmósfera del planeta. El origen de estos organismos tuvo lugar hace 2.100 millones de años. Se cree que el ambiente costero estuvo relacionado con la evolución de los organismos fotosintéticos, ya que estos ambientes eran ricos en nitratos y minerales, los cuales escasearon con el aumento de organismos en el medio acuático. Los organismos comenzaron a diversificarse y aumentó la complejidad, como los talos de las macroalgas que comenzaron a presentar estructuras de unión, o aquellas especializadas en el transporte de nutrientes.

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Las primeras plantas terrestres que colonizaron el medio ambiente fueron los antocerotes, las hepáticas y los musgos (anteriormente denominados briófitos). Se supone que estos organismos, como todas las traqueofitas, surgieron de un ancestro del grupo de las algas verdes carófitas. Además de las similitudes moleculares, tenían tejidos producidos por un meristemo apical en común; ciclo de vida con alternancia de generaciones heteromorfas (diferentes formas entre gametofito y esporofito), con gametangios protegidos por pared celular; Embriones matrotróficos y esporas con pared de esporopolenina. Posteriormente, aparece el grupo de los helechos y las licofitas (antiguamente denominadas pteridofitas), las primeras plantas en presentar tejidos vasculares conocidos como xilema y floema. Estos tejidos fueron los responsables del éxito de las plantas en la colonización del medio terrestre. Las licofitas y los helechos fueron los responsables de los grandes cambios con respecto a las antiguas briófitas y traqueofitas. El gametofito (estructura haploide encargada de producir gametos en el ciclo de vida con alternancia de generaciones) se volvió efímero; mientras que el esporofito (estructura diploide encargada de producir esporas en el ciclo de vida con alternancia de generaciones) se volvió dominante. Aún así, los licofitos y los helechos tienen representantes homosporosos, cuyo ciclo de vida presenta un tipo de espora; mientras que otras plantas son heterosporosas, cuyo ciclo de vida tiene dos tipos de esporas. Probablemente, este último ciclo fue el responsable de la aparición de semillas en plantas como los pinos (gimnospermas). Según la historia evolutiva, el siguiente grupo pertenece a las angiospermas, plantas que producen flores y frutos. Tanto las gimnospermas como las angiospermas representan la fuente de alimento del mundo, tanto para los humanos como para otros tipos de organismos. Sin embargo, uno de los factores que contribuyeron al éxito de estos grupos en el medio terrestre fue la presencia de estructuras contra la desecación, la evolución de mecanismos relacionados con la polinización y la dispersión de semillas.

Las plantas avasculares, como los musgos y los antocerotes, fueron las primeras en aparecer. Foto: Anest / Shutterstock.com

Bibliografía recomendada:

http://tolweb.org/Eukaryotes/3 (referido a septiembre de 2018)

Evert, RF & Eichhirn, SE 2014. Raven/ Biología vegetal. 8ª edición, Guanabara Koogan, Río de Janeiro, 856p.

Judd, WS, Campbell, CS, Stevens, PF y Donoghue, MJ 2009. Sistemática vegetal: un enfoque filogenético. Artmed, 3er. edición, Porto Alegre, RS. 632p.

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