La distribución electrónica sirve para localizar los electrones de un átomo según el nivel, capa y orbital en el que se encuentren. Cada elemento químico tiene su propia distribución electrónica única. Esto se debe a que el número que usamos para la distribución electrónica es el número atómico (Z) y corresponde al número de electrones en un átomo neutro.
El diagrama de Linus Pauling, propuesto por el científico del mismo nombre, sirve de guía y se muestra a continuación:
En este diagrama, las letras de la K a la Q representan las 7 capas que puede contener un átomo, los números del 1 al 7 el nivel en el que se encuentra cada electrón, las letras (s, p, def) representan los tipos de orbitales y los números en superíndice representan el número máximo de electrones que puede contener un subnivel. En el caso de la “s” el máximo son dos electrones, en el caso de la “p” hay seis electrones, en la “d” hay diez electrones y finalmente en la “f” son posibles catorce electrones.
Ejemplo de distribución electrónica para el átomo de calcio (Z = 20)
1 sdos, 2sdos, 2p6, 3sdos, 3p6, 4sdos
También tenemos casos en los que los átomos escapan a la regla de Linus Pauling y esto ocurre cuando el nivel «d» atrae electrones del nivel «s». Este es el caso de Chrome (Z = 24)
- Según la regla de Pauling: 1sdos, 2sdos, 2p6, 3sdos, 3p6, 4sdos, 3d4
- Hallazgo práctico: 1sdos, 2sdos, 2p6, 3sdos, 3p6, 4s1, 3d5
En este ejemplo, la última capa que terminaría en 3d4 recibe un electrón de la capa 4 que termina como 4s1. Otros elementos que son excepciones a la regla son: Cobre, Plata, Oro y Molibdeno, Niobio, Rutenio, Rodio, Paladio y Platino.