Fiebre del heno: causas, síntomas y tratamientos

LA fiebre del heno es un tipo de rinitis alérgica, es una alergia al polen de ciertas plantas, especialmente hierbas (componentes del heno) y árboles (como abedul y avellano).

Se estima que del 50 al 90% de las personas que padecen fiebre del heno tienen antecedentes familiares de alergia, hecho que sugiere la presencia de una predisposición genética.

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Actualmente, en los países industrializados, una de cada cinco personas tiene fiebre del heno, el doble de lo que se veía hace 30 años. Investigaciones realizadas en Europa muestran que en este continente, del 10 al 25% de la población entre 15 y 50 años padece rinitis alérgica estacional.

Los síntomas aparecen poco después de que el individuo entra en contacto con el alérgeno (polen), y la intensidad de las manifestaciones clínicas varía de un individuo a otro e incluso en el individuo según la hora del día, con exacerbación de los síntomas después del despertar. Entre los síntomas más comunes se encuentran:

  • Tos;
  • Estornudo;
  • Congestión nasal;
  • Rinorrea;
  • Dolor de cabeza;
  • Ojos llorosos o enrojecimiento;
  • Picazón en nariz, ojos, garganta, piel, entre otros lugares;
  • Falta de aire;
  • Cansancio;
  • Dificultad para dormir.

Aunque la fiebre del heno puede ocurrir durante todo el año, es más común en primavera y otoño, épocas en las que la cantidad de polen producido por las plantas es mayor.

El diagnóstico se realiza a través de la historia clínica del paciente. Cuando sea necesario, se pueden realizar algunas pruebas para dilucidar qué alérgeno causa la alergia. La prueba más común es la prueba de sensibilidad, en la que se coloca sobre la piel una gota de solución que contiene un alérgeno purificado y por lo tanto se realiza una picadura para permitir que la solución entre en contacto con la dermis. Por lo general, se utilizan los alérgenos más comunes en la zona donde reside el paciente. Después de un período de unos 20 minutos, se comprueba si un alérgeno ha desencadenado una respuesta alérgica.

La forma de prevención incluye adoptar todas las medidas para evitar el contacto con el polen, como evitar lugares abiertos con abundante vegetación, guardar el vidrio en los automóviles y en el interior, instalar un filtro de polen en el automóvil, entre otras.

El tratamiento de los casos más leves de fiebre del heno se realiza con el uso de fármacos antihistamínicos, capaces de bloquear la acción de la histamina, uno de los principales mediadores responsables de los síntomas de la alergia. En los casos más graves, se pueden utilizar glucocorticoides tópicos, que son más eficaces para los síntomas nasales que los antihistamínicos.

En los casos en los que la prevención y el tratamiento no sean suficientes para combatir los síntomas, existe la opción de la inmunoterapia, en la que se realizan inyecciones con dosis crecientes del alérgeno que provocarán la desensibilización del sistema inmunológico del paciente, resultando en una ausencia de alergia reacción o de menor intensidad.

Fuentes:
http://www.criasaude.com.br/N3169/doencas/febre-do-feno.html
http://en.wikipedia.org/wiki/Febre_dos_fenos
http://www.boasaude.com.br/artigos-de-saude/3479/-1/febre-do-feno-versao-simplificada.html

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