Bacteremia causada por bacterias Gram negativas, Salmonella typhi Dónde paratyphi.
La fiebre tifoidea es endémica en África, Asia y América del Sur, pero también aparecen algunos casos esporádicos en países industrializados. En este caso, suelen tener su origen en el consumo de mariscos o la contaminación del paciente durante un viaje a una zona endémica. La fiebre tifoidea se ha vuelto rara en Francia (entre 100 y 150 casos por año, 2/3 de los cuales son importados).
El germen de la fiebre tifoidea se transmite a través del agua potable o los alimentos contaminados con heces humanas infectadas. Por tanto, su difusión depende en gran medida de las condiciones higiénicas. Después de la absorción, los bacilos atraviesan la mucosa intestinal y se multiplican en los ganglios linfáticos. Luego obtienen el torrente sanguíneo, lo que desencadena la sepsis. La fase de incubación, silenciosa y correspondiente a la multiplicación de gérmenes, dura entre 7 y 15 días.
Signos y síntomas
Hay un aumento progresivo de la fiebre, trastornos digestivos y nerviosos (dolores de cabeza, insomnio, mareos) durante la primera semana de la enfermedad. La diarrea es el síntoma dominante durante la segunda semana. Se acompaña de fiebre alta, entre 39 y 40 ° C, y tuphos (estado de postración y delirio). La gravedad de la enfermedad depende del riesgo de liberación a la sangre circulante de endotoxinas bacterianas responsables de graves trastornos cardíacos (miocarditis, colapso cardiovascular), digestivos (perforación y sangrado en los intestinos) y neurológicos (encefalitis).
Diagnostico y tratamiento
El diagnóstico se basa en la demostración del bacilo en sangre mediante hemocultivo.
El tratamiento se basa en una antibioterapia adaptada, cuya duración es de entre 5 y 7 días. Está asociado a la rehidratación y al descanso. La frecuencia de recaídas es de alrededor del 5%.
Prevención
Utiliza reglas de higiene como lavarse las manos y la comida. La vacunación es eficaz y recomendada para los viajeros y el personal del servicio de alimentos. Es obligatorio para el personal del laboratorio de análisis. Se realizará una revacunación cada tres años si se mantiene la exposición al riesgo. La vacuna no protege contra la fiebre paratifoidea.