Formación de Portugal – definición

La formación de Portugal, como país independiente, se remonta a 1093, a través de tierras donadas por el rey Don Afonso VI de León y Castilla a D. Henrique de Borgoña.

La historia de Portugal, sin embargo, debe entenderse desde la ocupación de la Península Ibérica, que fue habitada por los íberos, entre otros pueblos.

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Asimismo, no podemos separar la formación de Portugal de la historia de España.

En el siglo VI a. C., los celtas entraron en la península, procedentes de la Galia, actual Francia. Sus tribus se extendieron por todo el territorio, principalmente en la región del río Tajo y dieron lugar a varias poblaciones, entre las que se encontraban los portugueses.

Imperio Romano y Portugal

En el 206 aC, los romanos invadieron la Península Ibérica y permanecieron allí hasta el siglo V. El territorio se dividió en tres grandes provincias: Tarraconense, Bética y Lusitania. Esto incluía el actual centro y sur de Portugal, pero también ciudades que ahora están en España como Salamanca y Mérida.

Los romanos ocuparon las desembocaduras de los ríos y allí instalaron sus materiales para la elaboración del “garo”, especia muy apreciada en todo el Imperio. Posteriormente, la región sufre la misma suerte que el Imperio Romano, cuando fue ocupada por tribus germánicas.

A las invasiones «bárbaras» y Portugal

Llegan los “bárbaros” alemanes (vándalos y suevos) y se reparten el territorio. Lusitania está ocupada por los suevos, que fundaron un reino independiente al noroeste del Tajo.

Durante este período, aparece por primera vez el nombre «Porto Cale» (puerto fiscal a la entrada del río Duero), donde hoy se encuentra la ciudad de Oporto. De esta palabra se originaría el nombre del país, Portugal.

En 585 fue el turno de los visigodos, aliados de los romanos y de origen alemán, para asentarse en la región.

Los visigodos adoptaron las costumbres romanas, se extendieron por los campos, conservando para sí grandes extensiones de tierra. Se habían convertido al cristianismo ario, lo que provocó innumerables guerras religiosas en la Península Ibérica que solo terminaron cuando la abandonaron en 589.

la invasión árabe

En el siglo VIII, la Península Ibérica fue invadida por los árabes que permanecerían allí durante aproximadamente siete siglos. Es importante recordar que en algunas partes del territorio los musulmanes permanecieron menos tiempo.

A excepción de la región de Asturias, núcleo de la resistencia cristiana, el resto de la península estaba bajo control árabe.

En el Reino de Leo, fugitivos de dominios musulmanes se unen para conquistar tierras. Posteriormente, debido a disputas internas, el reino de León sería desmembrado y nacería el Reino de Castilla en el siglo XI. Más al este surgieron los reinos cristianos de Aragón y Navarra.

En el 910 se crea el Reino de Galicia, en el extremo noroeste de la Península Ibérica, cuya capital era Braga, actualmente en Portugal. En este nuevo reino se estableció un condado hereditario llamado Portucalense, del que nacería Portugal.

El rey Dom Fernando I de Leão (o Fernando Magno) conquistó ciudades como Lamego, Viseu y Coimbra. En 1065, con la muerte de D. Fernando I de Leão, su reino se divide entre sus tres hijos. Uno de ellos, D: Alfonso VI, hereda el reino de Castilla, y posteriormente anexa el reino de León y Galicia.

Los logros de D. Afonso VI incrementaron las luchas entre musulmanes y cristianos. Estos tuvieron que recurrir a cristianos de otras tierras para poder combatirlos. Uno de los aliados fue Enrique de Borgoña (ahora territorio francés).

sepa mas: Reconquista de la Península Ibérica

Origen de Portugal

Una vez victorioso, D. Afonso VI casa a su hija, D. Teresa de Leão, con D: Henrique de Burgundy. Asimismo, en 1093 dona a su yerno los terrenos que comprendían la antigua provincia de Portucalense, desde el río Miño hasta la ciudad de Coimbra. Este territorio no era independiente sino vasallo del Reino de León.

Con la muerte de D. Henrique, el heredero Dom Afonso Henriques tenía solo tres años y el gobierno lo ocupa la viuda, doña Teresa, que intenta ser reconocida como heredera del reino de Castilla, mientras se proclama reina de Portugal. .

Con el tiempo, doña Teresa se dejó influir por la nobleza gallega, distanciándose de la intención de independizar el condado. Sin embargo, D: Afonso Henriques se gana el apoyo del obispo de Braga, Dom Paio Mendes y sus sucesores, que querían conquistar la independencia de su archidiócesis.

En 1128, D. Afonso Henriques se enfrentó a su madre y sus aliados en la batalla de São Mamede y salió victorioso. Más tarde, se niega a reconocer como soberano al rey Don Alfonso VII, rey de Galicia, León, Castilla y Toledo.

D. Afonso Henriques expande su territorio arrebatándole tierras a los musulmanes. Después de la batalla de Ourique, en 1139, donde ganaron cinco líderes musulmanes, Dom Afonso Henriques se proclamó rey de Portugal como Afonso I.

El rey Dom Afonso VII lo reconoce como soberano a través del Tratado de Zamora en 1143 y el Papa Alejandro III lo hará en 1179.

D. Afonso Henriques inaugura la dinastía de Borgoña y sus sucesores se encargan de consolidar las fronteras del nuevo país.

El último monarca de la dinastía de Borgoña fue D. Fernando, que murió en 1381. Dos años más tarde, la corte proclama a D. João, el nuevo rey de Portugal, maestro de la orden militar de Avis, quien inició la dinastía del mismo nombre. . Este episodio se conocería como la revolución de Avis.

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