Físico alemán (Erlangen 1789-Munich 1854).
Hijo de cerrajero, primero compartió el trabajo de su padre, pero a los dieciséis años ingresó en la Universidad de Erlangen, donde aprendió ciencias y obtuvo sus diplomas. En 1817, se convirtió en profesor en el colegio jesuita de Colonia y, en 1826, en profesor de matemáticas y física en el War College de Berlín.
La ley fundamental de la electrocinética.
Su primera publicación, en 1817, consistió en Elementos de geometría. Luego se interesó por los desarrollos muy recientes dados por Œrsted a la electricidad y el magnetismo, y él mismo emprendió investigaciones en este campo. El hábito del trabajo manual, adquirido en su juventud, y sus conocimientos de matemáticas le otorgan una aptitud igual para el trabajo experimental y la investigación teórica. En 1825 dio sus primeros resultados sobre la relación de la fuerza electromagnética ejercida por un conductor con la longitud de éste. Al año siguiente, estableció nuevos resultados y, en primer lugar, una ley experimental de la corriente eléctrica que probablemente, según él, ponga orden en todos los conocimientos relacionados con los circuitos cerrados. Fue en 1827, en su Teoría matemática del circuito eléctrico, que formuló la ley fundamental de la electrocinética, que ahora lleva su nombre. Según esto, la corriente eléctrica I que pasa por un conductor metálico es proporcional a la tensión V que se aplica entre sus extremos: V = RI, siendo el coeficiente R la resistencia del conductor.
Ohm introduce terminología científica en la descripción de fenómenos electrocinéticos. Al comparar la corriente eléctrica con el flujo de líquido y la diferencia de potencial con la diferencia de nivel, define con precisión la cantidad de electricidad, corriente eléctrica y fuerza electromotriz. Sobre estas bases, establece una demostración de su ley. Es el primero en considerar, en esta ocasión, una «fuerza electroscópica», es decir un voltaje, que varía con el punto del conductor donde se ubica. Hasta entonces, el voltaje se había medido casi solo en los terminales de una batería entre los que no pasaba la corriente. Ohm identifica la fuerza electromotriz de la batería con la fuerza electroscópica. La presentación de su teoría presenta una gran analogía con la teoría matemática del calor presentada por Fourier en 1822. Ohm se aparta así del estilo mucho más empírico de sus primeras publicaciones. Sus postulados, como la ley que deduce de ellos, tienen exactamente la misma estructura que los de Fourier para el desplazamiento del calor. Ohm espera que esta analogía en la teoría matemática pueda usarse para revelar un parentesco natural entre la electricidad y el calor.
Ohm realiza sus primeros experimentos utilizando baterías termoeléctricas, descubiertas por Thomas Seebeck, que pueden proporcionar una corriente constante y así evitar las irregularidades de las baterías de Volta. Luego, utilizando celdas electroquímicas, señaló, en 1831, al mismo tiempo que Antoine Becquerel, el fenómeno de polarización de las baterías.
Reconocimiento tardío
Sus descubrimientos pasan desapercibidos al principio y, al no recibir recompensa, Ohm dimite como profesor en el colegio jesuita; pero, en 1833, fue nombrado profesor en el Politécnico de Nuremberg, del que se convirtió en director en 1839, y, en 1849, obtuvo la cátedra de física experimental en la Universidad de Munich.
La actividad de Ohm no se limitó al campo de la electricidad. En acústica, demostró, en 1843, que el oído humano es capaz de aislar frecuencias en un sonido complejo y dio una teoría de la sirena. En óptica, en 1852 estudió la interferencia de rayos de luz polarizados en placas cristalinas. Su nombre se le dio a la unidad de resistencia eléctrica.