Actor y director de teatro francés (Champigny-sur-Marne 1921-Rambouillet 2010).
El sucesor de Jean Vilar en el TNP
El francés de origen irlandés, Georges Wilson, actor de fuerte presencia física, forma parte de esta línea de actores terrenales y terrenales, líricos y jokers, en armonía con la cultura celta de la que proceden. Iba a ser, en 1985, un excelente intérprete de Esperando a Godot por el franco-irlandés Samuel Beckett. Tras formarse como actor con Pierre Renoir, en la escuela rue Blanche, y debutar en la compañía Grenier-Hussenot, ingresa en el Teatro Popular Nacional de Jean Vilar en 1952; rápidamente se convirtió en una de las figuras importantes de esta compañía y del Festival de Aviñón, sobre todo porque duplicó su actividad como actor con la de director. Fue a él a quien Vilar, cansado, le legó la dirección del TNP en 1963.
Georges Wilson cumple esta función hasta 1972. Sin embargo, incluso si sus programas (Maestro Puntila y su ayuda de cámara Matti, por Brecht, 1964; Dios, emperador y campesino, de Julius Hay, 1967) son bien recibidos, no se siente totalmente heredero de Vilar, ni servidor incondicional de un servicio público en su forma impugnado entonces por los teóricos de mayo de 1968. Prefiere recuperar su independencia. disfrutó de un gran éxito en el sector del teatro privado, generalmente a dúo con su compañero favorito, Jacques Dufilho: Leopoldo el amado (por Jean Sarment, 1986), No soy rappaport (Herb Gardner, 1988).
En total, ha firmado numerosas producciones para el teatro y la ópera. Como actor, también fue dirigido por su hijo, Lambert Wilson, en Berenice de Racine, donde interpretó el papel de Paulin, confidente del emperador Tito, en 2008. Aunque su acción fue importante en la aventura del teatro popular y la defensa de los escritos contemporáneos (desde Bertolt Brecht a Harold Pinter, pasando por Samuel Beckett y Thomas Bernhard [Simplement compliqué, 2009] – autores a los que ha interpretado en diversas ocasiones), se ha mantenido alejado de las corrientes más controvertidas, manteniéndose apegado a las tradiciones clásicas de la obra teatral, como relata en su memoria, el hilo de oro (2007).
Una carrera cinematográfica
En el cine, tras pequeños papeles en los húsares (de Alex Joffé, 1955) y La Jument verte (de Claude Autant-Lara, 1959), realmente descubrimos a Georges Wilson en Une aussi longue ausencia (de Henri Colpi, 1961): un papel difícil, casi silencioso, en el que filma a sí mismo con honor. Entre otros: Tintín y el misterio del Toisón de Oro (por Jean-Jacques Vierne, 1961, papel del Capitán Haddock), el desorden (por Franco Brusati, 1962), el extraño (de Luchino Visconti, 1967), Max y los traficantes de chatarra (de Claude Sautet, 1971), el honor de un capitán (por Pierre Schoendoerffer, 1982). En 1989, pasó a dirigir con La Vouivre, después de Marcel Aymé, y dirigió a su hijo Lambert Wilson en el papel principal. En 2005, su papel en No estoy aqui para ser amado (de Stéphane Brizé) le valió un nuevo éxito de público y de crítica.