Serie de pinturas de Vincent Van Gogh (1888-1889, Museo Van Gogh, Ámsterdam).
Van Gogh llegó a un momento de su vida en el que se convenció de que la evolución de la pintura debía seguir los caminos del color. A partir del verano de 1887, en París, comienza a pintar bodegones que representan girasoles. Anticipándose a la visita de Gauguin a Arles, ejecutó una nueva serie de pinturas destinadas a decorar las paredes del dormitorio de sus invitados. Tratado sin sombreado ni modelado en amarillos llevados al límite extremo, el Girasoles constituyen, según admite el propio Gauguin, la «marca registrada» de Van Gogh.