Hermes Rodrigues da Fonseca procedía de una familia de tradición militar, siendo sobrino del fundador de la República, el mariscal Deodoro da Fonseca. Asistió a la Escola Militar do Brasil y fue alumno de Benjamin Constant, quien lo inició en los estudios sobre positivismo. En el momento de la proclamación de la República, Hermes da Fonseca asumió el cargo de capitán del Ejército y ayudó al Mariscal Deodoro en las articulaciones políticas en el ámbito militar para la instauración del régimen republicano.
Durante el período republicano, Hermes da Fonseca ascendió en la carrera militar, convirtiéndose en mariscal el 6 de noviembre de 1906. El 15 del mismo mes, Afonso Pena asumió la presidencia de la República y nombró a Hermes da Fonseca ministro de Guerra, una función se cumplió hasta el 27 de mayo de 1908. El gobierno de Afonso Pena estuvo marcado por el compromiso de reformar las Fuerzas Armadas, tarea realizada por el entonces Ministro de Guerra.
El mariscal Hermes da Fonseca se destacó en el ámbito militar debido a la modernización de las fuerzas armadas. Así, se convirtió en el candidato de los militares a la sucesión presidencial de la República. La candidatura militar reunió a la mayoría de las oligarquías estatales y al gobierno federal. En oposición, el jurista Rui Barbosa se presentó como candidato y promovió la “campaña civilista”, apartándose de la posibilidad de ascenso militar a la presidencia nacional. Hermes da Fonseca obtuvo la mayoría de los votos. Ambos candidatos acusaron al oponente de fraude electoral.
El 15 de noviembre de 1910, el mariscal Hermes da Fonseca asumió la presidencia del país, convirtiéndose en el octavo presidente de la República. Para asegurar la continuidad del apoyo de los gobiernos estatales al gobierno federal, recurrió a la “política de salvaciones”. El alegato de implementar esta política fue la defensa de la integridad de las instituciones republicanas. Sin embargo, las “salvaciones” consistieron en la deposición de las oligarquías, reemplazadas por interventores vinculados al presidente, muchos de ellos militares, con el objetivo de acaparar los gobiernos estatales como base de apoyo al presidente.
El estado de sitio se volvió constante para contener los disturbios que resultaron de las “salvaciones”. A pesar de esta política, las oligarquías más influyentes se mantuvieron en el poder, como fue el caso de São Paulo, Minas Gerais y Rio Grande do Sul., En defensa del área de influencia del diputado Pinheiro Machado y la familia Acioly, oponiéndose al gobierno. de Franco Rabelo.
La primera semana del gobierno de Hermes da Fonseca estuvo marcada por la insurrección de los marineros, encabezada por João Cândido Felisberto. La Revuelta de Chibata, que comenzó el 22 de noviembre de 1910 con el motín de los marineros en los acorazados Minas Gerais y São Paulo, pidió el fin del castigo físico, la mejora de las condiciones laborales y el acceso de los militares a los derechos de los ciudadanos civiles. El 26 de noviembre, el presidente aceptó las órdenes de los marineros rebeldes y otorgó amnistía a los que se rindieron. Sin embargo, persistió la persecución de quienes se amotinaron, muchos de los cuales sufrieron el destierro de las plantaciones de caucho en el norte del país.
Otro conflicto desatado durante el mandato de Hermes da Fonseca, la Guerra del Contestado también afectó la autoridad del Presidente de la República. En 1911, se produjo una expansión del ferrocarril en las afueras de Curitiba, lo que resultó en la expulsión de los campesinos que ocupaban la región. Estos campesinos, encabezados por el beato José María Agostinho, emigraron a una región disputada por los estados de Santa Catarina y Paraná, agravando las disputas generadas por la posesión del territorio. Entre 1912 y 1916, se enviaron contingentes de policías estatales y soldados del ejército para combatir a los campesinos que resistieron ferozmente hasta el final de la lucha.
Desde 1907, existía una ley que preveía la deportación de los trabajadores extranjeros que se sumaran a las huelgas. En 1913, el Congreso enmendó esta ley, excluyendo el impedimento de deportación de los extranjeros residentes por más de dos años y que hubieran formado una familia en Brasil. Este cambio facilitó la persecución política de los sindicalistas extranjeros que vivían en el país. Unas diez mil personas tomaron las calles de la ciudad de Río de Janeiro para manifestarse contra estas deportaciones en marzo de 1913. En octubre de ese mismo año, el presidente decretó el estado de sitio para contener las manifestaciones.
A pesar de todas las revueltas y manifestaciones, el mariscal Hermes da Fonseca cumplió el tiempo fijado para su mandato. Terminó el gobierno el 15 de noviembre de 1914 y fue sucedido por Venceslau Brás.
Referencias:
CALMÓN, Peter. Historia social de Brasil, volumen 3: el período republicano. São Paulo: Martins Fuentes: 2002. p. 176-190.
FAUSTO, Boris (org.). Brasil republicano: v. 9; Sociedad e instituciones (1889-1930). 8ª ed. Río de Janeiro: Bertrand Brasil, 2006. p. 170-174.
FONSECA, Mariscal Hermes Rodrigues da. Mensaje presentado al Congreso Nacional en la Inauguración de la Segunda Sesión de la Octava Legislatura por el Presidente de la República. Río de Janeiro: 1913.
_____________. Mensaje presentado al Congreso Nacional en la Inauguración de la Tercera Sesión de la Octava Legislatura por el Presidente de la República. Río de Janeiro: 1914.
LEEMOS, Renato. Hermes da Fonseca (Entrada). Río de Janeiro: CPDOC / FGV, 2011.
Biografía Hermes da Fonseca. Disponible en: http://www.biblioteca.presidencia.gov.br/presidencia/ex Presidentes / hermesfonseca / biografia