Habilidades para la educación científica

Trabajar con contenidos teóricos integrados con actividades experimentales, en el laboratorio o incluso en el aula, puede ser un factor motivador para que el alumno construya sus conocimientos y también lo lleve a desarrollar el pensamiento formal, en la medida en que sea capaz de hacer abstracciones de hechos concretos. actividades realizadas.

Sin embargo, para que esto realmente suceda, es necesario que los estudiantes participen en el desarrollo de estas actividades y que sean el resultado de problemas y discusiones que los motiven a realizar los experimentos buscando propuestas concretas, y no solo siguiendo una receta propuesta. .por el maestro. En este sentido, creo que la teoría y la experimentación deben integrarse y no ser momentos diferentes en el proceso de enseñanza y aprendizaje.

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Tanto las actividades prácticas como sus consecuencias deben trabajarse de forma constructiva, donde la invención y el (re) descubrimiento sean cotidianos, y los errores y aciertos se integren en el proceso, como es normal en la vida de cada persona. En lugar de proponer al alumno un camino preformateado, se puede plantear inicialmente un desafío mayor, en el que la construcción del camino lo incite a pensar. Y, como se ha dicho, tanto teórica como prácticamente.

La docencia, en particular la de las ciencias, debe ser también un instrumento para la formación de la ciudadanía, en la medida en que las materias abordadas en el aula y la metodología aplicada conduzcan al alumno a comprender los fenómenos relacionados con su realidad, a interpretar la información que transmiten los conocimientos científicos. por los medios de comunicación, para comprender y evaluar las aplicaciones e implicaciones tecnológicas de las ciencias y desarrollar capacidades de toma de decisiones a los problemas sociales relacionados con las mismas.

La sistematización de la necesidad de un cambio de paradigma en la enseñanza de las ciencias y la consolidación de herramientas educativas adecuadas para ello se sistematizan en un currículo que no está fragmentado por disciplinas o contenidos, sino formateado por Habilidades y Competencias. El concepto de competencia, según Perrenoud (1999), es la capacidad de movilizar un conjunto de recursos cognitivos (conocimientos, habilidades, información …) para resolver con pertinencia y eficacia una serie de situaciones vinculadas a las condiciones culturales, profesionales y sociales. . Para Zarifan (1999), es la capacidad de afrontar – con iniciativa y responsabilidad, guiado por una inteligencia práctica de lo que está sucediendo y con capacidad de articulación con otros actores para movilizar sus capacidades – situaciones y hechos propios de un campo profesional. En cuanto a Tanguy (1997), es el conjunto de conocimientos, cualidades, capacidades y aptitudes que posibilitan la discusión, la consulta, la decisión de todo lo que concierne a una profesión, asumiendo conocimientos teóricos fundamentados, acompañados de las cualidades y capacidad que permiten para ejecutar las decisiones sugeridas.

Referencias:
PERRENOUD, P. 1999. Construyendo habilidades desde la escuela. Editorial Artmed: Porto Alegre, p. 89.
ZARIFAN, Philippe; Competencia objetiva, Liason, París, 1999.
TANGUY, Luci; Conocimientos y habilidades, 1997.

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