Hegemonía Liderazgo de significado estrictamente etimológico, derivado directamente del término griego hegemonía (liderazgo), que a su vez proviene del verbo hēgeisthai (dirigir). El término ganó otra concepción a partir de las formulaciones del teórico italiano Antonio Gramsci (1891-1937) al utilizarlo como forma de explicar un determinado tipo de explotación. La noción de hegemonía, según Gramsci, es la forma en que se ejerce el poder no solo a través de un conjunto de instituciones políticas, sino también a través de la cultura.
El concepto propuesto por el autor dialoga directamente con la teoría marxista, porque, según Karl Marx, la base económica estaría controlada por la clase económica que dominaría a la clase trabajadora mediante la creación de la superestructura con instituciones y relaciones sociales. Gramsci propone que la dominación de clase también ocurre culturalmente, ya que la clase trabajadora está sujeta a las ilusiones ideológicas perpetradas por la clase dominante.
La visión marxista de la sociedad es una lucha constante entre grupos (en los tiempos modernos la oposición entre proletarios y burgueses) en la que la explotación de la clase dominante sobre los trabajadores llegaría a un punto tan extremo que la revolución orquestada por la clase explotada sería inevitable. Gramsci sostiene que también existe un proceso complejo de propagación de las visiones del mundo de la clase dominante. Siendo la represión un medio insuficiente para garantizar el orden social, también era necesario tener un sometimiento ideológico. A este modo oculto de dominación de una clase sobre otra, el autor lo denomina “hegemonía”.
Es importante resaltar que la hegemonía no es una acción de partido, sino una acción de clase, ya que significa el ejercicio del poder por parte de un grupo de individuos de una determinada clase social. La hegemonía se ve así envuelta en una lucha entre cosmovisiones basadas en la división de clases (entendida como un conjunto de valores, ideas, creencias) que acaba propagando la ideología de la élite dominante para que sean aceptadas y asimiladas como verdades incuestionables. Cuanto más extendida está una ideología, más sólida se vuelve la hegemonía y hay menos necesidad del uso de la violencia explícita.
La hegemonía es una dominación consentida, basada en un mecanismo invisible en el que las posiciones de influencia en la sociedad siempre están ocupadas por miembros de una clase ya dominante, y el resultado final es la penetración de las ideas de la clase dominante en toda la sociedad. A través de la exposición constante de este arsenal de conceptos difundidos por la élite, las ideas hegemónicas dan forma al pensamiento de todas las clases.
Gramsci señala, sin embargo, que debido a que los individuos son capaces de analizar críticamente la visión que se les impone, pueden modificar esta situación a través del pensamiento contrahegemónico. Esto ocurriría, por ejemplo, en el contexto de una crisis económica cada vez más profunda que conduciría a una crisis de desempleo. En este escenario, podría darse el crecimiento de protestas y movimientos sindicales, lo que indica la existencia de fuerzas antihegemónicas. Así, se reconoce el papel de los individuos y las ideologías en la lucha por el cambio social, enfatizando la autonomía humana y la importancia de la cultura para mantener o cambiar la sociedad.
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Bibliografía:
El libro de sociología / ilustración James Graham; traducción Rafael Longo. – 1.ed -352p.
https://www.ufmg.br/proex/cpinfo/cidadania/?p=152
https://veja.abril.com.br/brasil/para-entender-o-conceito-de-hegemonia/
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