hepatitis viral B –

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Inflamación del hígado debido a una infección con un virus ADN (tipo B).

El virus de la hepatitis B es un virus extremadamente extendido en el mundo: el 5% de la población mundial (o 350 millones de personas) es portador del virus, particularmente presente en los países en desarrollo. En Francia, esta frecuencia es del 0,6% de la población (350.000 personas).

Modo de contaminación

El virus B está presente en todos los fluidos corporales (sangre, saliva, sudor, semen, fluidos vaginales, etc.). La contaminación se produce de diversas formas: de madre a hijo, en el momento del parto, por inyección con material infectado (drogadicción), por vía sexual, por simple proximidad sin relación sexual. Cabe recordar que, en la actualidad, la transfusión de sangre no transmite el virus B.

Hepatitis aguda

La incubación (fase inaparente) dura de 1 a 3 meses después de la contaminación. En el 30% de los casos se produce una enfermedad clínicamente percibida, con fatiga, ictericia (ictericia), aumento de bilirrubina y transaminasas. La curación ocurre espontáneamente en unos pocos días. En el 70% de los casos, la enfermedad es invisible. En el 1% de los casos se produce una hepatitis fulminante que puede ser mortal.

Evolución

Más del 95% de las hepatitis B agudas se resuelven espontáneamente y del 2 al 5% se vuelven crónicas. En este caso, el virus B persiste en la sangre y las transaminasas sanguíneas pueden aumentar. Podemos observar fases de actividad y fases de calma. Una cantidad muy pequeña de hepatitis B crónica desaparece por sí sola. La mayoría de ellos evolucionan indefinidamente. El 20% de las hepatitis constituye cirrosis, el 20% de los cirróticos (es decir, el 5% del total) padece cáncer primario de hígado.

Diagnóstico de infección

El diagnóstico de hepatitis B es biológico. El daño al hígado se manifiesta por la elevación de las transaminasas en sangre.

El virus B en sí es buscado de diversas formas. El antígeno HBs (HBsAg) testifica la presencia del virus en el cuerpo. El anticuerpo antiHBs (HBsAc) da testimonio de la erradicación del virus si el sujeto ha estado enfermo, o de la protección por anticuerpos en caso de vacunación. El anticuerpo antiHBc (HBcAc) da testimonio de una enfermedad antigua. El antígeno HBe (HBeAg) indica la fase de replicación del virus.

El examen fundamental es la búsqueda y determinación del virus B por PCR (Reacción en cadena de la polimerasa, una técnica de amplificación de genes muy poderosa). Dependiendo de los niveles de viremia (contenido de virus en la sangre) se puede tomar una decisión para tratar la enfermedad.

Diagnóstico de cirrosis

La existencia de cirrosis marca una etapa formidable en la evolución de la enfermedad, en particular con la aparición de riesgo de hemorragia digestiva por rotura de varices esofágicas y la posibilidad de progresión a cáncer primario de hígado.

El diagnóstico de cirrosis se puede sugerir mediante un examen físico, una ecografía o una tomografía computarizada. Pero es la punción-biopsia hepática la que sigue siendo el indicador más preciso. Sin embargo, este es un examen desagradable y un poco arriesgado. Esta es la razón por la que se han desarrollado técnicas no agresivas (fibrotest y fibroscan) para medir la fibrosis.

Procesando

Cuando las transaminasas son normales y hay poca o ninguna viremia, no es necesario el tratamiento. De lo contrario, debe tratarse. El paciente dispone de dos tipos de tratamiento.

Interferón actúa sobre el sistema inmunológico. Se administra mediante inyección y no se tolera muy bien. La tasa de éxito es del 30 al 40%, pero estos éxitos son definitivos. El virus desaparece.

Otros tratamientos se basan en medicamentos (Lamivudina, Adefovir dipivoxil, Entecavir, Tenofovir) que detienen la replicación del virus. Durante el tratamiento, las transaminasas se normalizan, la enfermedad no progresa y el virus se vuelve indetectable por PCR. Puede aparecer resistencia. La interrupción del medicamento va acompañada de una reanudación de la multiplicación del virus.

Vigilancia

Un paciente con hepatitis B crónica debe ser monitoreado regularmente, al menos una vez cada seis meses, con un ensayo de transaminasas y posiblemente la determinación de marcadores virales, un ensayo de alfa-feto-proteína y una ecografía del hígado, los dos últimos exámenes. destinado a monitorizar la aparición de carcinoma hepatocelular.

Prevención

Entre las normas generales de higiene, el uso de equipos de un solo uso es fundamental. Dado que el virus solo se destruye a 170 ° C, no se debe contar con la esterilización de rutina. La sangre y los productos sanguíneos se controlan para detectar la presencia del virus B.

Vacunación

El antígeno HBs producido por ingeniería genética se utiliza como vacuna (sin riesgo de contagio). Se realizan tres inyecciones a los 0, 1 y 6 meses. La inyección de refuerzo generalmente es innecesaria. La inmunidad es fuerte.

Las complicaciones posteriores a la vacunación son comparables a las de otras vacunas. La vacuna contra la hepatitis B ha sido acusada de causar encefalopatías desmielinizantes, incluida la esclerosis múltiple. Esta acusación ha sido desmentida por varios estudios indiscutibles. Sin embargo, en Francia, las autoridades públicas han eliminado el carácter obligatorio de la vacunación, dando crédito a los rumores. Esto ha resultado en un peligroso desafecto del público con respecto a esta vacuna.

La vacunación está especialmente recomendada para personas con alto riesgo de contaminación: consumidores de drogas, candidatos a tatuarse o perforarse, sujetos con múltiples parejas sexuales, portadores de infecciones de transmisión sexual, prisioneros, viajeros a países endémicos, familiares de sujetos infectados, pacientes con VIH (SIDA virus) y VHC (virus de la hepatitis C), pacientes en hemodiálisis, receptores de transfusiones crónicas, candidatos a trasplante de órganos.

Ver : cirrosis, fibroscan, fibrotest / Actitest, interferón.

Hepatitis B y embarazo

Hepatitis B y embarazo


El virus de la hepatitis B no atraviesa la placenta. La contaminación ocurre durante el parto y en los primeros días de vida. Es casi constante, lo que explica la alta tasa de infección en los países pobres. Sin embargo, el desfile existe: las madres portadoras del virus son examinadas antes del parto. Al nacer, se inyecta al bebé una dosis de anticuerpo anti-VHB y se le administra una vacuna. La efectividad de esta técnica denominada serovacunación es total.

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