La herbivoría es la relación ecológica en la que partes de una planta viva sirven de alimento a un animal. Es, por tanto, una relación discordante ya que la planta se ve perjudicada y el animal se beneficia.
Características de la hierba
La herbivoría es una relación de depredación en la que el depredador es un animal herbívoro. Aunque no necesita cazar, como los carnívoros, necesita enfrentarse a ciertas estrategias que tiene la planta para defenderse.
Hay varias formas en que las plantas pueden defenderse de la depredación, también son adaptaciones conquistadas por las plantas a lo largo de su proceso evolutivo.
Algunas estrategias comunes son las espinas y las sustancias tóxicas o de sabor desagradable, que ahuyentan a los depredadores más grandes, como los mamíferos.
Otra estrategia más elaborada es la presencia de sustancias inhibidoras de proteasas que, al ser ingeridas por los animales, actúan en su intestino impidiendo la digestión de las proteínas y dificultando su desarrollo.
Los ataques de herbívoros pueden ser superficiales, perforando levemente las hojas, o pueden ser más profundos, produciendo una defoliación que perjudica significativamente su desarrollo.
Sin embargo, además de comer hojas, tallos o flores, los herbívoros también pueden actuar como vectores de enfermedades, transmitiendo bacterias, hongos o virus a las plantas.
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Las plantas necesitan compensar los ataques de herbívoros, lo que siempre representa un alto costo energético, tanto en estrategias de defensa como de recuperación.
Por ejemplo, necesitan renovar hojas y otras partes atacadas y así terminan produciendo menos semillas, lo que afecta tanto la tasa de crecimiento como la reproducción. Por tanto, la herbivoría representa una gran pérdida para la planta.
En una cadena alimentaria, las plantas son la base, ya que producen su propio alimento a través de la fotosíntesis. Los animales herbívoros, al consumir tejidos vegetales, contribuyen al flujo de energía y materia orgánica a los siguientes niveles tróficos.