Lengua indoeuropea hablada por los hititas.
El término «hitita» designa la lengua oficial del imperio, la de la mayoría de los documentos cuneiformes de Boǧazköy, y que fue descifrada por B. Hrozný en 1917. Los hititas la llamaban la «habla de Nesa», ciudad de Anatolia Central, pero además del “nesita”, usaban otras lenguas: hatti, lengua sagrada o ritual, palaite en el norte y luvita en el sur. Hittite representa una rama independiente de Indo-European. Debió separarse bastante pronto de la comunidad primitiva, porque conservaba ciertos rasgos arcaicos.
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LITERATURA
Conocimiento de la civilización y la literatura hititas, que de repente desapareció bajo el ataque de los Pueblos del Mar en 1191 a. J.-C., se debe, en su mayor parte, a las excavaciones realizadas, de 1906 a 1913, por Hugo Winckler, en el sitio de la capital del reino de Hatti (Hattousa, hoy Bogazkale) y al desciframiento de una parte de las 15.000 tablillas escritas en escritura cuneiforme realizadas en 1914-1917 por el orientalista checo Bedrich Hrozny. Estas tablillas están escritas en siete idiomas: Hatti, Nesite, Palaite, Luvite, Hurrian, Akkadian, Sumerian. Los textos oficiales (crónicas reales, tratados, protocolos, etc.) solo usan nesite o akkadian. El hatti, o proto-hitita (iiiy milenio-17y s. AV. AD), se conserva en los textos religiosos como lengua sagrada y ritual. A partir de xviy s. AV. J.-C., los reyes hititas utilizan para las inscripciones de sus monumentos o de sus sellos una escritura jeroglífica que transcribe un dialecto luvita, que sería, para ciertos especialistas, la única lengua viva de los hititas desde el xivy s. AV. J.-C.
Los primeros documentos literarios, que se pueden datar de XVIy s. AV. J.-C., son ante todo escritos prácticos e históricos. Los anales reales hacen de los reinados de los soberanos una crónica precisa y colorida que contrasta con las convenciones adoptadas para el género en Egipto o Babilonia. La cultura babilónica, sin embargo, influyó fuertemente en la literatura hitita, especialmente en el campo religioso. Los escribas hititas, que ocupaban un rango envidiable en la jerarquía social, se dedicaron, a imitación de sus homólogos mesopotámicos, a registrar el detalle de las ceremonias religiosas y los rituales mágicos (“inventarios” de Toudhaliya IV, v. 1265-v. 1235). El modelo babilónico es particularmente notable en el establecimiento de diccionarios trilingües (acadio, sumerio, hitita) y en las traducciones de textos didácticos o de himnos (retrato lírico, descubierto en Ugarit). Pero parece que esta permeabilidad de los hititas, que conduce a un verdadero mosaico cultural (como en los textos compuestos que toman prestadas las oraciones del babilónico Shamash para celebrar al dios sol Arinna), fue singularmente activada por el intermediario hurrita.