Huella ecológica – Desarrollo sostenible

La humanidad depende del suministro continuo de recursos naturales para sobrevivir, lo que ejerce una serie de impactos negativos en la Tierra, a través de los recursos utilizados y los residuos generados. LOS Huella ecológica (PE) es una herramienta creada en la década de 1990 para evaluar la presión que ejerce la población humana sobre los recursos naturales. La EP se expresa en hectáreas globales (gha) y traduce la extensión de territorio que una persona o una sociedad utiliza para sostenerse.

Para calcular el PE es necesario considerar los diferentes tipos de territorios productivos y las diferentes formas de consumo. Las tierras productivas de una región incluyen áreas de pastos, tierras cultivadas, áreas marinas destinadas a la pesca, áreas utilizadas para construir viviendas e infraestructura, áreas de tierra y agua destinadas a la preservación de la biodiversidad y tierras energéticas (áreas forestales y necesarias para absorber carbono). emisiones). Las formas de consumo humano están relacionadas con la alimentación, el transporte, los bienes y servicios, la energía, la vivienda y otros.

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Después del cálculo, el PE se compara con la biocapacidad de una región particular en estudio. La biocapacidad de una región corresponde a la suma de todas sus áreas productivas, disponibles para aportar recursos y absorber los residuos producidos. Así, el resultado del PE de The Planet es una estimación que muestra hasta qué punto nuestra forma de vida está de acuerdo con la capacidad del planeta para producir y renovar sus recursos naturales y absorber los residuos que generamos. Cuando el PE es mayor que la biocapacidad local significa que hay un déficit ecológico. Por otro lado, cuando la biocapacidad es mayor que el PE, significa que las áreas productivas son capaces de cubrir la demanda existente en la ubicación.

Se han desarrollado varias encuestas con el objetivo de calcular el PE de ciudades, estados y países. Cuanto menor sea la EP de una nación, mejor será la forma en que utiliza sus recursos naturales. En 2012 se estima que la EP mundial fue de 2,8 gha por habitante, mientras que la biocapacidad disponible para cada persona fue de 1,7 gha, lo que indica que el planeta se encuentra en un grave déficit ecológico. Además, en los últimos años, la biocapacidad ha ido disminuyendo y el PE ha aumentado. Las proyecciones muestran que si mantenemos nuestro patrón de consumo actual, para 2050 necesitaremos más de dos planetas para sostenernos.

La reducción de nuestro PE depende de una acción integrada entre los gobiernos, el sector privado y la ciudadanía. Podemos poner de nuestra parte y reducir nuestra EP a través de algunas actitudes, como: evitar el consumo diario de carne vacuna y alimentos procesados, elegir siempre que sea posible alimentos naturales y orgánicos, practicar un consumo sustentable, comprando solo aquellos productos que sean realmente necesarios, llevar a cabo separaciones los residuos generados entre reciclables y no reciclables, reutilizando productos, optando por el transporte público, en bicicleta, caminando, reduciendo el consumo energético y animando a familiares, amigos y vecinos a contribuir también.

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Referencias:

WWF-BRASIL. Informe Planeta Vivo 2016 – Riesgo y resiliencia en una nueva era.

Lamim-Guedes, V. Huella ecológica: consumo de recursos naturales y medio ambiente. Educación ambiental en acción, v. 38, 2011.

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