Importancia económica de los basidiomicetos – Biología

Los basidiomicetos son hongos cuya diversidad de especies ha sido registrada como la segunda más grande en el reino de los hongos, con 31.515 especies. Estos organismos se hicieron muy conocidos por representaciones como hongos y orejas de palo. Pero hay especies cuya popularidad no se conoce fuera del ámbito científico y están representadas por hongos gelatinosos, gastromicetos y aquellos que causan enfermedades severas en plantas económicamente importantes conocidas como royas o carbones.

Las hifas son las células que forman los hongos y cuando están densamente unidas forman el micelio. A partir del micelio se produce la diferenciación celular que dará lugar a estructuras somáticas y también para la reproducción de hongos. Los hongos, así como otras estructuras observables a simple vista, son las estructuras de reproducción sexual de los basidiomicetos. Estas estructuras se originan a partir de un ciclo de reproducción sexual y fueron denominadas en el pasado como cuerpos fructíferos, hoy reconocidas como basidiomas. Dentro de estos basidiomas existen otras estructuras, los basidios encargados de la producción de basidiosporas, como se denominan las esporas de este grupo de hongos.

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Aplicación económica de los basidiomicetos

Como todos los hongos, los basidiomicetos cuentan con un gran aparato enzimático utilizado en procesos de bioconversión de residuos lignocelulósicos, tanto para la producción de alimentos como para la producción de polisacáridos, que luego son utilizados en las industrias farmacéutica, alimentaria y cosmética. Además, este aparato enzimático también se aplica en procesos de degradación de compuestos xenobióticos, en biorremediación de suelos y tratamiento de efluentes contaminados.

El aparato enzimático de los basidiomicetos permite la degradación de sustratos lignocelulósicos, combinación de sustancias que componen la madera (ramas y troncos de árboles). Estas sustancias son la lignina y la celulosa que se encuentran en la pared celular de las células vegetales. La lignina brinda soporte y un aspecto resistente a troncos y ramas, además de ofrecer impermeabilidad y protección contra ataques de animales herbívoros y también de microorganismos. Mientras que la celulosa está constituida principalmente por fibras convirtiéndose en una fuente de materia prima principalmente para la fabricación de papel. Los registros indican que algunos basidiomicetos son excelentes descomponedores de estos sustratos, degradándolos para obtener moléculas de agua y dióxido de carbono, por lo que se denominan hongos lignocelulíticos. Fue a partir de la comprensión del mecanismo básico de la degradación de la lignina y la celulosa por parte de ciertas especies de basidiomicetos que surgieron propuestas para el uso de estos hongos en la descontaminación de ambientes o la degradación de compuestos xenobióticos, cuya composición es difícil de descomponer, como los insecticidas. , pesticidas, etc.

Los efluentes industriales son residuos liberados al medio ambiente después de la producción del material deseado. Algunas especies de basidiomicetos son eficaces para degradar estos residuos. En las industrias papeleras, la madera es la principal materia prima para la obtención de pasta y papel. Durante la producción de pulpa celulósica es fundamental separar las fibras (celulosa) de la lignina, para ello es necesario un proceso de blanqueo que elimine la lignina residual y, precisamente, en esta etapa se produce la contaminación del agua en las industrias de la celulosa a través del color. y la demanda bioquímica de oxígeno. Desde hace unos años se estudian algunas especies de basidiomicetos lignocelulitis con el fin de reducir la contaminación de los efluentes mediante la reducción del color y las concentraciones de compuestos orgánicos clorados.

Los polisacáridos producidos por basidiomicetos se han utilizado durante mucho tiempo en las industrias farmacéutica y alimentaria. Los estudios van en aumento, especialmente en China y Japón. Los polisacáridos se pueden unir a proteínas, lípidos, glicanos, etc. Estos enlaces determinan las propiedades físicas y actividades biológicas de los compuestos, entre los cuales pueden tener actividades antitumorales o incrementar la respuesta inmune del organismo. Uno de los fármacos que ya se comercializa en Japón es el polisacárido PSK, con el nombre comercial “Krestin”, administrado por vía oral en el tratamiento de pacientes con tumores en el aparato digestivo, cáncer de pulmón y de mama.

Bibliografía recomendada

Bononi, VL (org.) 1998. Zygomycetes, Basidiomycetes y Deuteromycetes. São Paulo: Instituto de Botánica, Secretaría de Estado de Medio Ambiente, 181p.

Evert, RF & Eichhirn, SE 2014. Raven/ Biología vegetal. 8ª edición, Guanabara Koogan, Río de Janeiro, 856p.

Kirk, PM, Cannon, PF, Minter, DW & Stalpers, JA 2008. Diccionario de hongos. 10ª ed. CAB Internacional, Wallingford.

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