Incas –

incas Vivió aproximadamente desde el 3000 a. C. hasta el 1500 d. C. en Perú, Chile, Bolivia y Ecuador, más específicamente en los Andes. Los pueblos indígenas actuales del Perú son descendientes de los Incas.

Este pueblo se hizo conocido en todo el mundo por su cultura y tradición, por los objetos de oro que elaboraban, por el uso de las piedras en sus obras como caminos en la montaña, acequias, etc. Los Incas eran politeístas, es decir, creían en varios dioses como el trueno, la luna, el mar, el sol, etc. Sacrificaban animales y humanos en honor a los dioses que adoraban.

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La capital del Imperio Inca se llamaba Cuzco, y allí se encontraba el mayor templo de adoración al dios Sol, principal dios de la religión inca.

Machu Pichu, Perú. Foto: vida-es-aventura / Shutterstock.com

La sociedad inca se dividía en tres grupos, los cuales se organizaban jerárquicamente formando una pirámide: en la base estaban los yanaconas, que eran esclavos seleccionados para proteger a sus amos; en la parte media de la pirámide estaban los nobles que eran miembros de la familia del Inca o descendientes de los jefes de los clanes; y los sacerdotes, llamados el “Gran Inca”, estaban en lo alto de la pirámide y adoraban al Sol. Eran responsables de los servicios religiosos y la educación de los jóvenes.

Los hombres se casaban a los veinte años y las mujeres a los dieciséis. Ellos mismos elegían con quién casarse y, al realizar la ceremonia, recibían tierras para vivir.

A los 10 años, las mujeres fueron seleccionadas. Las más inteligentes y bellas, siendo de etnia Inca, fueron escogidas y enviadas al Cuzco. Allí fueron educados por mujeres mayores. Algunas se convirtieron en las esposas del emperador o de quien éste designara, otras permanecieron vírgenes para participar en el culto solar. Estos fueron utilizados en hilado y tejido.

El resto de la gente se encargaba de producir alimentos a través de la agricultura. La producción se dividió en tres partes: una para el culto al Sol, una para el Inca y otra para la comunidad. La producción excedente se almacenaba en graneros para períodos de hambruna o festividades. También tenían un sistema de riego eficiente.

En el comercio no se utilizaba moneda, pero en las ferias era costumbre cambiar alimentos por otros alimentos o recibir alimentos a cambio de servicios prestados. La mayor parte del tiempo, sin embargo, el pueblo producía todo lo necesario para su supervivencia, prescindiendo de la práctica comercial. A pesar de esto, los incas desarrollaron un sistema numérico y un equipo para ayudar a contar: tres cuerdas que indicaban las decenas, las centenas y los millares, llamadas “quipus”. Solo unos pocos empleados manejaban los quipus.

La educación de los hombres también se daba en las escuelas del Cuzco, pero no era como la de las mujeres. Era un sistema mucho más severo, no solo con clases de religión, historia, etc., sino que también aprendían a luchar y fabricar armas además de practicar ejercicios violentos que en ocasiones los llevaban a la muerte. A los que pasaban por esta educación se les perforaban las orejas al terminar, para indicar que formaban parte de una élite formada por funcionarios que eran dignos jefes para el Imperio.

En cuanto a su cultura, practicaban diferentes danzas, a modo de rituales, cada una con su significado y en una ocasión adecuada según las costumbres y creencias.

Ruinas de la ciudad inca de Pisac, Perú. Foto: Vadim Nefedoff / Shutterstock.com

El llamado “Valle Sagrado de los Incas” se encuentra en las ciudades de Pisac y Machu Picchu, en Perú, con una extensión de más de 100 km. Se encuentra a una altura de 2800 metros sobre el nivel del mar, con una temperatura media anual de 18°C. Se llama así porque se encuentra cerca de Cuzco y está formado por las corrientes del río Willkanuta (Casa del Sol), además de tener centros administrativos milenarios, rica flora y fauna, innumerables arroyos y cascadas entre los bosques más altos del mundo. Los incas peregrinaban allí porque creían que era el río sagrado. Para ellos el río era el espejo de la Vía Láctea, siendo esta última el río sagrado en el Cielo y que el río sagrado aquí en la Tierra.

La arquitectura del pueblo Inca también es un hecho destacable. Además del enorme desnivel en el suelo de la región, hubo muchos terremotos, pero estas personas fueron tan brillantes en sus construcciones que aún hoy se mantienen. Tanto los varios kilómetros de camino entre las montañas, el sistema de riego, los puentes, entre muchas otras construcciones. Destacó el arte, como ya hemos dicho, a través de los objetos de oro, los zapatos y los tejidos.

Aunque estaban bastante desarrollados, no crearon ningún sistema de escritura.

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