Written by LA Industria brasileña del calzado inició sus actividades en las últimas décadas del siglo XIX, especialmente después de la Guerra de Paraguay. En su formación fue decisiva la contribución de los inmigrantes alemanes e italianos establecidos en el sur y sureste del país.
La llegada de inmigrantes alemanes, asentados en Vale do Rio dos Sinos, en 1824, se considera el primer capítulo de la historia. Especializados en la artesanía del cuero, los inmigrantes comenzaron a producir sus zapatos a escala industrial entre otros productos, especialmente arneses de montar para el ejército.
Otro capítulo importante se desarrolla en São Paulo, hacia 1850, con la llegada de inmigrantes italianos al oeste de São Paulo, quienes aprovecharon la expansión del café y se establecieron en Franca, desarrollando pronto su habilidad en la producción de calzado.
A partir de la década de 1870, con la creación de la máquina de coser, aparecieron las primeras fábricas. Inicialmente a pequeña escala, la producción de calzado consistía casi exclusivamente en artesanos que utilizaban cuero procesado en curtidurías.
La mayor concentración de curtidurías se produjo en la región de Vale dos Sinos (RS). Otra región destacada en la industria fue la ciudad de Franca (SP). En ambos lugares, muchas curtiembres aprovecharon la gran oferta de materia prima, el cuero crudo.
Los avances tecnológicos importados de Europa a finales del siglo XIX, transformaron la producción de calzado, que sufriría una transición, pasando de una empresa básicamente artesanal a una actividad manufacturera.
Entre los años veinte y sesenta, el sector vivió una fase de relativo estancamiento, aunque el inicio del proceso exportador se produjo precisamente en esa época. Después de 1960, el sector comenzó a crecer nuevamente, impulsado por el comercio con EE. UU. La región de Vale dos Sinos (RS) se concentró en la producción de zapatos para mujeres, mientras que la región de Franca (SP) suministró zapatos para hombres.
La producción nacional, en esa década, fue de 80 millones de pares por año, y aparecieron nuevos mercados en el exterior. Las empresas hicieron contactos internacionales y trabajaron directamente con los «line builder» (los responsables de crear los modelos). Actualmente, Brasil es el tercer fabricante de calzado más grande del mundo, solo superado por China e India.
Hoy, el país cuenta con alrededor de ocho mil empresas vinculadas al sector del calzado, distribuidas por todo el país, responsables de la ocupación de alrededor de 340 mil trabajadores, pero los centros tradicionales siguen teniendo cierta preponderancia. El calzado brasileño se exporta a más de 150 países, generando US $ 1,5 mil millones, con el envío de 113 millones de pares.
Bibliografía:
GUIMARÃES, Vitória. Para saber más: la historia de la industria del calzado en Brasil. Disponible en:
Histórico. Disponible en:
