Written by Pasión por la música, fanatismo por los grupos que están al otro lado del mundo, fanclubs, megashows con más de un millón de personas. Todos estos factores están vinculados al proceso de creación de un industria cultural, ocurrió en el siglo XIX. Mucho antes de la aparición de sellos discográficos, LP, CD, mp3 e incluso jabá, ya existía un fetiche por el producto, ya fuera cultural o no. Este fenómeno está vinculado al proceso de industrialización, que influyó en la creación de la industria cultural, los medios de comunicación y la cultura de masas.
«Es esto, a través de los cambios que produce en el modo de producción y en la forma del trabajo humano, que determina un tipo particular de industria (cultural) y cultura (de masas), implantándose mutuamente los mismos principios vigentes en la producción. económico general: el uso creciente de la máquina y el sometimiento del ritmo humano de trabajo al ritmo de la máquina; la explotación del trabajador; la división del trabajo”, Explica Teixeira Coelho en el libro O que é Indústria Cultural, de la Colección Primeiras Passos – Editora Brasiliense.
La creación de un producto para las masas llevó a la venta rápida y a gran escala de material producido por artistas y empaquetado en forma de producto. De ahí que se crearan expresiones muy utilizadas a la hora de estudiar la industria cultural: cultura superior, media y de masas.
«No es difícil saber qué engloba la etiqueta de cultura superior: son todos los productos canonizados por la alta crítica, como las pinturas del Renacimiento, las composiciones de Beethoven, las novelas ‘difíciles’ de Proust y Joyce, la arquitectura de Frank Lloyd Wright y todas sus contrapartes. Tampoco es difícil identificar los productos del midcult (cultura media): son los Mozart interpretados en un ritmo disco; las pinturas de incendios forestales en la selva que puedes comprar todos los domingos en las plazas públicas«, explica Teixeira.
En el caso de la muy discutida cultura de masas, la definición del filósofo contemporáneo Edgar Morin la ubica como la formación de un complejo industrial, productos fabricados en la medida justa, definidos y estandarizados para el consumo a gran escala utilizando los medios de comunicación (radio , TV, cine, internet) para su difusión.
Las frases anteriores definen y categorizan un producto cultural. Así, es posible analizar lo que se puede considerar cultura media, superior y popular cuando hablamos de cualquier tipo de manifestación musical. La música considerada superior serían las composiciones clásicas de Beethoven, entre otros reconocidos músicos clásicos.
La cultura media puede abarcar desde el “mangue-beat” de Chico Science, que coquetea con la cultura popular del noreste, hasta bandas que tratan temas literarios o filosóficos como el grupo estadounidense The Velvet Underground y el grupo inglés Joy Division. El popular cultura de masas, se ve en conjuntos creados para un público homogéneo, como las bandas pagode brasileñas de los 90 (Molejo, Art Popular, Soweto) y la banda estadounidense Kings Of Leon, ensamblada por un importante sello para ser un éxito internacional.
Fuentes:
CONEJO, Teixeira. Qué es la Industria Cultural (Colección Primeros Pasos). Editora Brasiliense, 1997.
MORIN, Edgar. Cultura de masas en el siglo XX: neurosis. (Traducción de Maura Ribeiro Sardinha). 1ª edición. Río de Janeiro: Medicina forense. Universidad, 1997
http://pt.wikipedia.org/wiki/Industry_cultural
